Al término de la Audiencia General de este miércoles, un grupo de 200 presos, junto a voluntarios de la Comunidad Papa Juan XXIII, entregaron al Papa Francisco el "Queso del perdón", fruto del trabajo de estas personas que buscan un camino alternativo para abandonar la delincuencia.
En declaraciones a ACI Prensa, Giorgio Pieri, responsable del proyecto Comunidad Educadora con Encarcelados –de la Comunidad Papa Juan XXIII–, afirmó que "ha sido un momento precioso que hemos vivido al acabar la audiencia".
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"El Papa se ha parado con calma y nos ha escuchado atentamente. En cuanto ha llegado le hemos presentado al Obispo (de Rimini, Mons. Francesco Lambiasi), y le he dicho: 'Querido Papa, hay que pasar de sentimientos de misericordia a obras de misericordia. En esta plaza hay hoy 200 detenidos'", relató.
El "Queso del perdón" fue entregado por Antonello Guadagni, quesero y exconvicto que vivió su proceso de reeducación junto a la Comunidad Papa Juan XXIII. "Santo Padre, este es el fruto de una obra de misericordia, de la misericordia de Dios en mí", expresó Guadagni.
Pieri indicó que durante el encuentro el Pontífice recordó que "no hay santo sin pasado ni pecador sin futuro" y pidió tener siempre presente esta frase. Luego, al recibir el obsequio, alentó a trabajar "junto a los detenidos y hagamos cosas buenas".
Previo al encuentro, Pieri destacó a la prensa que el "Queso del perdón" es "producido por personas que han cometido delitos. Significa que quien ha perpetrado un mal, puede hacer también cosas buenas".
En ese sentido, dijo que "la misericordia indicada por el Papa Francisco para el Jubileo Extraordinario no es solo el camino más justo, sino el más eficaz". Según las estadísticas "el 75 por ciento de quienes están en la cárcel, cuando salen libres vuelven a cometer delitos"; mientras "entre quienes desarrollan nuestro camino educativo la recaída se reduce al 10 por ciento".
"La verdadera seguridad no es dada por una justicia vengativa, sino por una justicia reeducativa que pasa a través de caminos de recuperación, porque un hombre recuperado no vuelve a ser peligroso; contamos con que el Papa pueda reconocer esta realidad como signos de una nueva humanidad", expresó.
Luego del encuentro con el Pontífice, la delegación atravesó la Puerta Santa y participaron en una Misa celebrada por Mons. Lambiasi.