El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, afirmó que "a los sacerdotes no les está permitido hacer su parecer y violar las disposiciones sobre la admisión a la comunión eucarística de los divorciados que han pasado a una segunda unión, como pretexto de ejercer misericordia".
El Prelado hizo esta advertencia en la instrucción pastoral "La misericordia de Dios y la nuestra", que fue enviada a la comunidad arquidiocesana de La Plata con motivo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
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Recordó que en este año, especial para la Iglesia, se exige de los sacerdotes "una mayor disponibilidad para el ministerio de la reconciliación, que incluye la predicación y la enseñanza para esclarecer las condiciones necesarias para recibir la absolución sacramental".
En 1994 la Congregación de la Doctrina para la Fe emitió una carta a todos los obispos donde se determinó como errónea la creencia de algunas personas divorciadas y vueltas a casar, de poder recibir la Eucaristía normalmente.
La doctrina es clara en relación a los divorciados en nueva unión. En el numeral 2382 del Catecismo de la Iglesia Católica se explica el carácter indisoluble del matrimonio y en el 2384 se precisa que contraer una nueva unión aumenta la gravedad de la ruptura pues se convierte "en situación de adulterio público y permanente", algo que imposibilita el acceso a la Eucaristía.
El Arzobispo de La Plata lamentó que "ahora se plantean las cosas como si se tratara de la reconquista de un derecho humano. Quienes así lo hacen ignoran qué es la Eucaristía, la enseñanza de Jesús expuesta en los tres Evangelios sinópticos acerca del adulterio y la constante disciplina de la Iglesia".
También puso hincapié en la confusión generada entre la nulidad matrimonial y el divorcio debido a "la algarabía de algunos conocidos periodistas cuando (el Papa) Francisco publicó las nuevas normas para los procesos de nulidad" en septiembre de 2015.
Esta reforma del proceso considera una mayor participación de los obispos, mayor brevedad para la resolución de los casos y la declaración de la gratuidad de los mismos.
Busca además mejorar el sistema de declaración de nulidad, por la salvación de las almas, mientras se reafirma la enseñanza católica de la indisolubilidad del matrimonio.
Finalmente Mons. Aguer puso de ejemplo al Movimiento Camino a Nazaret, perteneciente a su arquidiócesis, "que reúne a parejas que no pueden celebrar el sacramento del matrimonio, pero procuran crecer en la fe y en la caridad, se ejercitan en la oración y aguardan con esperanza la hora de la gracia".
"Les estoy muy cercano con mi afecto y mi oración", concluyó el Arzobispo.
El Movimiento Camino a Nazaret es una comunidad formada por divorciados en nueva unión, que pese a su situación buscan imitar a la Sagrada Familia. Cuentan con la asesoría de sacerdotes que los acompañan en el proceso de crecimiento de la fe.
Esta iniciativa empezó en 1995 de la mano de un matrimonio en nueva unión, Silvia y Jorge Castello, y del Padre Juan Francisco Ronconi, párroco de San Carlos de Buenos Aires. Ellos decidieron dar una respuesta a este desafío pastoral en la Iglesia Católica.
Puede ver el texto completo de la instrucción pastoral de Mons. Aguer AQUÍ
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- ACI Prensa (@aciprensa) diciembre 29, 2015