En el multitudinario Encuentro con las Familias en Tuxtla Gutiérrez, una pareja de divorciados en nueva unión compartió su testimonio ante el Papa Francisco. Visiblemente emocionados reconocieron que no pueden acceder a la Eucaristía, pero no por eso dejan de participar activamente de la Iglesia.
A continuación su emotivo testimonio:
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Somos Humberto y Claudia Gómez. Yo Humberto antes era soltero y yo Claudia divorciada con 3 hijos, tenemos 16 años de casados por el civil.
El Señor nos permitió la bendición de tener un hijo de ambos que actualmente tiene 11 años y es monaguillo.
Nuestra relación ha sido de amor y comprensión, pero estábamos alejados de la Iglesia, sentíamos que no teníamos un lugar. Hace 3 años que el Señor nos habló y entramos al grupo para DVC.
Esto cambió nuestra vida, nos acercamos a la Iglesia y recibimos amor y misericordia de nuestros hermanos de grupo, de nuestros sacerdotes. Después de recibir el abrazo y amor de nuestro Señor, sentimos que el corazón no cabía en nuestro pecho.
Los DVC no podemos acceder a la Eucaristía, pero podemos comulgar a través del hermano necesitado, del hermano enfermo, del hermano privado de su libertad, por eso somos voluntarios en hospitales visitamos.
Al visitarlos vimos la necesidad de alimento, ropa y cobija para sus, gracias a Dios tenemos más de 2 años compartiendo el alimento con nuestros hermanos, Posteriormente Claudia aceptó ayudar como coordinadora de voluntarias de la guardería que está dentro del penal del topo chico,
Una vez integrada conocimos las necesidades de los internos que están en la clínica de rehabilitación de adicciones dentro del penal de hombres y decidimos apoyarles con acompañamiento y llevando artículos de higiene personal.
Es maravilloso el Señor y nos permite servir a quien lo necesita, solo dijimos Sí y Él se ha encargado de mostrarnos hacia donde caminar. Somos bendecidos porque tenemos un matrimonio y una familia donde el centro es Dios. Papa Francisco, gracias por su amor.