Álvaro de Juana

Por Álvaro de Juana

6 de febrero de 2016

Feb 6, 2016

Miles de personas participaron esta mañana en la Plaza de San Pedro de la Audiencia Jubilar a los Grupos de Oración del Padre Pío. El Papa Francisco les recibió en audiencia y señaló que el santo fue un verdadero río de misericordia, así como una "caricia viviente del Padre".

Desde la tarde del viernes, el cuerpo del santo italiano venerado en todo el mundo se encuentra expuesto en la Basílica de San Pedro para todo aquél que lo desee ore ante él.

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El Papa Francisco recibió con alegría a los peregrinos llegados de toda Italia y también de otros países del mundo. "Podemos verdaderamente decir que el Padre Pío ha sido un servidor de la misericordia", comenzó diciendo en su discurso. "Lo ha sido a tiempo pleno, practicando, a veces hasta el agotamiento, el apostolado de la escucha", dijo Francisco.

El Santo Padre subrayó que el también conocido como Santo de Pieltrecina, "se convirtió, a través del ministerio de la Confesión, en una caricia viviente del Padre, que cura las heridas del pecado y tranquiliza el corazón con la paz".

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"San Pío no se cansó nunca de acoger las personas y de escucharlas, de gastar el tiempo y las fuerzas por difundir el perfume del perdón del Señor".

El Pontífice también destacó de él que "vivió el gran misterio del dolor ofrecido por amor". "De este modo, su pequeña gota se transformó en un río de misericordia, que ha regado muchos corazones desiertos y ha creado oasis de vida en muchos lugares del mundo".

A los Grupos de Oración les recordó que esta "es una verdadera y propia misión que lleva el fuego del amor a toda la humanidad" y, como decía el P. Pío, es una "fuerza que mueve el mundo".

"La oración es una obra de misericordia espiritual, que quiere llevar todo al corazón de Dios". Se trata de "un don de fe y de amor, una intercesión de la que hay necesidad como del pan".

En su opinión, significa "confiar la Iglesia, las personas, las situaciones al Padre, para que se haga cargo de ellas".

Francisco les pidió además ser "centros de misericordia": "centrales siempre abiertas y activas, que con la potencia humilde de la oración provean de la luz de Dios al mundo y la energía del amor a la Iglesia".

El Papa dijo que junto a las obras de misericordia espirituales de estos grupos, "San Pío ha querido una extraordinaria obra de misericordia corporal: la 'Casa Alivio del Sufrimiento", inaugurada hace sesenta años". "Él deseó que no fuese solo un excelente hospital sino un templo de ciencia y de oración", añadió.

"Es muy importante esto: cuidar la enfermedad, pero sobre todo ocuparse del enfermo" y "puede suceder que, mientras se medican las heridas del cuerpo se agraven las heridas del alma, que son más lentas y a menudo difíciles de sanar".

Por ello, manifestó que "sólo la proximidad y la oración pueden ayudar a sanar".  "También los moribundos, a veces aparentemente inconscientes, participan en la oración hecha con fe cercana a ellos, y se confían en Dios, en su misericordia", aseguró.

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