A pocos días del inicio de la Cuaresma, el Papa Francisco habló en la Audiencia General de este miércoles de la misericordia infinita de Dios y de la justicia perfecta que se deriva de ella.
Francisco aseguró que "quien ha sufrido el mal" debe estar preparado "para perdonar y desear la salvación y el bien de quien lo ha ofendido".
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Además, manifestó que Dios no quiere la condena de nadie sino su salvación y explicó cómo el mal únicamente puede ser vencido con el bien, a través del perdón.
Sobre la misericordia y la justica, indicó que "podría parecer que sean dos realidades que se contradigan", pero "en realidad no es así porque es realmente la misericordia de Dios la que lleva a cumplimiento la verdadera justicia".
El Papa explicó que por un lado existe la "justica retributiva" que "inflige una pena al culpable, según el principio que a cada uno debe ser dado aquello que es debido". Pero esta "no lleva todavía a la verdadera justicia porque en realidad no vence el mal, sino que simplemente lo talla".
"Solamente respondiendo a ello con el bien, el mal puede ser realmente vencido", aseguró en la Plaza de San Pedro.
Existe otro modo de hacer justicia "que la Biblia nos presenta como camino maestro a recorrer". "Se trata de un procedimiento que evita el recurso al tribunal y prevé que la víctima se dirija directamente al culpable para invitarlo a la conversión, ayudándolo a entender que está haciendo mal, apelando a su conciencia".
Así, "finalmente arrepentido y reconociendo su proprio mal puede abrir se al perdón que el perjudicado le está ofreciendo".
"Esto es bonito, la persuasión, y de este modo el corazón se abre al perdón que le viene ofrecido", agregó.
El Papa explicó que éste el modo "de resolver los contrastes en el interior de las familias, en las relaciones entre los esposos o entre padres e hijos, donde el ofendido ama al culpable y desea salvar la relación que le une al otro".
A su vez, el Pontífice reconoció que se trata "de un camino difícil". Y "solo así la justicia puede triunfar, porque, si el culpable reconoce el mal hecho y deja de hacerlo, entonces el mal no existe más, y aquél que era injusto se convierte en justo, porque ha sido perdonado y ayudado a encontrar el camino del bien", dijo el Papa.
El Papa dijo entonces que "el Señor continuamente nos ofrece su perdón y nos ayuda a acogerlo y a tomar conciencia de nuestro mal para poderlo liberar".
"Dios no quiere nuestra condena, sino nuestra salvación". Y añadió: "Dios no quiere la condena de nadie" pero "el problema es quien quiere de verdad que Dios entre en su corazón", explicó.
Francisco concluyó asegurando que Dios quiere que el hombre sea pleno y feliz y el corazón del Padre "va más allá de nuestro pequeño concepto de justicia para abrirnos a los horizontes ilimitados de su misericordia".
Sobre la confesión, el Papa afirmó que "en los confesionarios todos vamos a encontrar al Padre, y los buscamos para que nos ayude a cambiar de vida, que nos de la fuerza de ir hacia adelante", pidió.
"Ser confesor es una responsabilidad muy grande, ¡tú sacerdotes que estás allí en el confesionario estás en el puesto del Padre que da el perdón!".
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TEXTO: Catequesis del Papa Francisco sobre la justicia perfecta y la misericordia infinita https://t.co/rjIDCS651i
- ACI Prensa (@aciprensa) febrero 3, 2016