El Papa Francisco recibió este lunes en audiencia a más de cinco mil religiosos y religiosas que se encuentran en Roma para la semana conclusiva del Año de la Vida Consagrada. Dejando de lado el discurso oficial, el Pontífice improvisó unas palabras para invitarlos a practicar la "proximidad" con los demás, les dio un consejo ante la crisis de vocaciones, y los exhortó a no convertirse en "terroristas" dentro de sus propias comunidades.
En el aula Pablo VI, el Santo Padre recordó a los consagrados y consagradas que su llamado no es "para alejarme de la gente y tener toda la comodidad", sino "para acercarme y comprender la vida de los cristianos y los no cristianos, los sufrimientos, los problemas", es decir, hacerse "próximos" con los demás, incluso si son de clausura, tal como hacía Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, que con su corazón ardiente era siempre cercana.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Convertirse en consagrado no significa subir uno, dos, tres escalones en la sociedad", indicó el Papa. "La vida consagrada me debe llevar a la cercanía con la gente: cercanía física, espiritual", en especial con los religiosos ancianos, quienes son sus primeros prójimos.
Sin embargo, advirtió que existe una práctica que puede hacer de un religioso un "terrorista", y es "el chisme".
"Oigan bien: No al chismear, el terrorismo del chisme. Porque quien chismea es un terrorista. Es un terrorista dentro de la propia comunidad, porque echa, como una bomba, la palabra contra esto, contra aquello, y después se va tranquilo. ¡Destruye! Quien hace esto destruye, como una bomba, y él se aleja", expresó.
Recordó que el apóstol Santiago decía que era la virtud quizás más difícil es "dominar la lengua". "Si se te viene decir cualquier cosa contra un hermano o una hermana, lanzar una bomba de chismes, ¡muérdete la lengua! ¡Fuerte! Terrorismo en la comunidad, ¡no!", insistió.
Francisco indicó que si un hermano tiene un defecto, se le debe decir, o ir donde la persona que lo puede remediar. "¿Entendido? Los chismes no sirven", señaló.
"'¿Pero y en capítulo?' ¡Ahí sí! En público, todo lo que sienten que deben decir, porque está la tentación de no decir las cosas en capítulo y después, afuera: '¿has visto a la priora? ¿Has visto a la abadesa? ¿Has visto al superior?....' ¿Pero por qué no lo dijeron en el capítulo? ¿Está claro esto? Sean virtud de proximidad", señaló.
El Papa puso como ejemplo a Santa Teresa del Niño Jesús, quien "nunca, nunca se lamentó del trabajo, del fastidio que le daba aquella hermana que debía llevar al comedor, todas las noches: del coro al comedor. ¡Nunca! Porque aquella pobre hermana era muy anciana, casi paralítica, caminaba mal, tenía dolores –¡también yo la comprendo!–, y era también un poco neurótica".
"Nunca, nunca fue donde otra hermana para decirle: '¡Pero esta cómo me da fastidio!' ¿Qué hacía? La ayudaba a acomodarse, le llevaba la servilleta, le partía el pan y le sonreía. Esto se llamaba proximidad. ¡Proximidad! Si tú botas la bomba de un chisme en tu comunidad, esta no es proximidad: ¡esto es hacer la guerra! Esto es alejarte, esto es provocar distancia, provocar anarquismo en la comunidad", advirtió.
En ese sentido, Francisco aseguró que "si en este Año de la Misericordia, cada uno de ustedes llegase a no ser nunca el terrorista chismoso o chismosa, ¡sería un éxito para la Iglesia, un éxito de santidad grande! ¡Ánimo! La proximidad".
El Año de la Vida Consagrada será clausurado mañana martes con una Misa en la Basílica de San Pedro, presidida por el Papa Francisco.
También te puede interesar:
TEXTO COMPLETO: Discurso del Papa a los consagrados y consagradas en el Aula Pablo VI https://t.co/SCg3blEXzM
- ACI Prensa (@aciprensa) febrero 2, 2016