El Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro ha enviado su carta pastoral semanal en la que destaca "la principal muestra de que Dios es misericordia y no división".
El Prelado explica que durante el acto ecuménico en la catedral de la Almudena, celebrado el pasado 25 de enero, como clausura de la Semana por Oración por la Unidad de los Cristianos, recordó "el día en el que el Papa Francisco me entregó el palio, como signo de responsabilidad" al nombrarle Arzobispo de Madrid.
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En ese sentido Mons. Osoro destaca que ese nombramiento es un llamado a ser "el pastor que debe poner sobre sus hombres a los hombres, y muy especialmente, a quien más perdido esté y a quien más lo necesite por el motivo que fuere, para llevarle por el camino a casa".
"Por el camino del amor, de la entrega de su vida hasta la muerte, el Buen Pastor que es Jesucristo nos lleva a su casa. Participar en la tarea es la gran ocupación que debe tener el pastor", explica el Prelado y también pide ayuda para llevarlo a cabo.
El Arzobispo de Madrid asegura que cuando lleva el palio, se siente interpelado porque es el "símbolo del Buen Pastor" que le anima "a amar como Él". "Dios es misericordia, así nos lo revela Jesucristo con su propia vida", precisa y además destaca que esa misericordia "engendra unidad, nos hace comprender mejor lo que Dios quiere de nosotros".
"Sin unidad, sin comunión plena, no hay un anuncio creíble del Evangelio para los hombres. Si nuestro corazón y nuestra mente están abiertos al Espíritu de comunión, Dios puede obrar milagros en su Iglesia, restaurando los vínculos de unidad en una situación histórica en la que tanta falta hace", asegura.
Ante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Prelado pide descubrir "en este Año de la Misericordia" las palabras del Concilio Vaticano II sobre ecumenismo en donde se anima a conocer las denominaciones cristianas para que pueda "haber progreso en el camino de la comunión".
"Si los cristianos realizamos, vivimos y pasamos por las cuatro estaciones necesarias para vivir en, por y con la misericordia de Jesucristo, como son no juzgar, no condenar, perdonar y dar, podremos restaurar la unidad y la comunión en la Iglesia y construiremos la cultura del encuentro".
Por eso anima a pedir al Señor su misericordia, para "vivirla con la intensidad y la fuerza que solamente Él puede dar" y también que elimine de nuestra vida "aquello que divida, rompa y no haga posible el encuentro de los hombres".
Además precisa que "la unidad y comunión son esencia de nuestra identidad y, por tanto, de nuestro ser de cristianos. Esa esencia nos la entregó el Señor el día de nuestro Bautismo al darnos su misma Vida" y asegura que "estamos llamados a la misericordia con el Hijo". "Una misericordia-comunión que se crea y recrea también en la Cena del Señor, en el Misterio de la Eucaristía", asegura.
Por eso, Mons. Osoro anima en la carta pastoral semanal a "descubrir y experimentar que Cristo está en nosotros, que damos fruto y servimos tanto en cuanto permanecemos en Él, y que la credibilidad en este mundo pasa por ser uno en Él, se convierte para nosotros en petición constante al Señor. La misericordia es tarea y es misión".