Durante la celebración de las Vísperas por la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, el Papa Francisco se refirió a la semana de oración por la unidad de los cristianos para invitar a los fieles a pedir "perdón por el pecado de nuestras divisiones" y a confiar en la misericordia de Dios para lograr la ansiada unidad.
"La unidad es don de la misericordia de Dios Padre", afirmó Francisco en la Basílica de San Pablo Extramuros, donde dijo que en este Año Santo de la Misericordia debemos tener "bien presente que no puede haber una auténtica búsqueda de la unidad de los cristianos sin un confiarse plenamente a la misericordia del Padre".
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En ese sentido, invitó a que "en primer lugar pidamos perdón por el pecado de nuestras divisiones, que son una herida abierta en el Cuerpo de Cristo. Como Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Católica, quiero invocar misericordia y perdón por los comportamientos no evangélicos de parte de los católicos ante los cristianos de otras Iglesias".
"Al mismo tiempo, invito a todos los hermanos y hermanas católicos a perdonar, si hoy o en el pasado, han sido ofendidos por otros cristianos. No podemos cancelar lo que ha sido, pero no queremos permitir que el peso de los pecados del pasado continúe contaminando nuestras relaciones. La misericordia de Dios renovará nuestras relaciones", afirmó.
El Papa explicó que "podemos avanzar en el camino hacia la comunión plena y visible entre los cristianos no sólo cuando nos acercamos los unos a los otros, sino sobre todo en la medida en que nos convertimos al Señor, que por su gracia nos elige y nos llama a ser sus discípulos".
"Convertirse –indicó-, significa dejar que el Señor viva y trabaje en nosotros. Por este motivo, cuando los cristianos de diferentes Iglesias escuchan juntos la Palabra de Dios y tratan de ponerla en práctica, cumplen pasos verdaderamente importantes hacia la unidad. Y no sólo la llamada nos une; también compartimos la misma misión: anunciar a todos las maravillosas obras de Dios".
Francisco, quien en su homilía recordó que el ministerio de San Pablo se funda en la sobreabundante misericordia de Dios, agradeció la presencia del Metropolita Gennadios, representante del Patriarcado Ecuménico; de David Moxon, representante personal en Roma del Arzobispo de Canterbury; y de otros representantes de las diversas iglesias y comunidades eclesiales de Roma.
"Con ellos hemos pasado a través de la Puerta Santa de esta Basílica, para recordar que la única puerta que nos conduce a la salvación es Jesucristo, nuestro Señor, el rostro misericordioso del Padre", afirmó.
El Santo Padre recordó la oración de Jesús, quien le pidió a Dios "que todos sean uno (…) para que el mundo crea".
"La unidad es don de la misericordia de Dios Padre. Aquí ante la tumba de san Pablo, apóstol y mártir, custodiada en esta espléndida Basílica, sentimos que nuestra humilde petición es apoyada por la intercesión de la multitud de mártires cristianos de ayer y de hoy".
Francisco, quien a raíz de las persecuciones de cristianos en Medio Oriente y África, ha hablado del "ecumenismo de la sangre", dijo que los mártires "han respondido con generosidad a la llamada del Señor, han dado testimonio fiel, con su vida, de las maravillas que Dios ha cumplido por nosotros, y ya experimentan la plena comunión en la presencia de Dios Padre".
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- ACI Prensa (@aciprensa) enero 25, 2016