Luego de celebrar la Santa Misa del Bautismo del Señor en la Capilla Sixtina y bautizar a 26 niños, el Papa Francisco se asomó a la ventana del estudio del Palacio Pontificio para rezar el Ángelus.
El Santo Padre pidió hacer memoria del día en el que cada uno fue bautizado, y puso una tarea: que todos sepan el día y el lugar en el que fueron bautizados. "El Bautismo se recibe una sola vez, pero se testimonia todos los días, porque es vida nueva que hay que compartir y luz que hay que comunicar, especialmente a cuantos viven en condiciones no dignas del hombre y caminan sobre senderos tenebrosos".
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Francisco habló también de cómo la acción del Espíritu Santo las tinieblas se disipan y la soberbia y la intolerancia dan paso a la mansedumbre y la humildad.
"Jesús fue consagrado y manifestado por el Padre como el Mesías salvador y liberador", explicó al comentar el Evangelio. "El Espíritu Santo en el Bautismo cristiano es en efecto el artífice principal: es Aquél que quema y destruye el pecado original, restituyendo al bautizado la belleza de la gracia divina".
Es "Aquél que nos libera del dominio de las tinieblas, es decir, el pecado, y nos lleva al reino de la luz, del amor, de la verdad y de la paz", dijo el Papa.
Francisco pidió pensar en la "dignidad a la que nos eleva el Bautismo" que lleva a todo hombre a ser "hijo de Dios", lo que comporta "la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente, y reproducir en nosotros mismos sus características: mansedumbre, humildad, ternura".
"Esto no es fácil, especialmente en torno a nosotros hay mucha intolerancia, soberbia, dureza". Pero "¡con la fuerza que viene del Espíritu Santo es posible!", aseguró.
El Espíritu Santo "recibido por primera vez en el día de nuestro Bautismo, nos abre el corazón a la Verdad, a toda la Verdad. El Espíritu empuja nuestra vida al sendero comprometido pero alegre de la caridad y de la solidaridad hacia nuestros hermanos".
"El Espíritu nos dona la ternura del perdón divino y nos impregna de la fuerza invencible de la misericordia del Padre".
El Pontífice invitó a no olvidar que el Espíritu Santo "es una presencia viva y vivificante en quien lo acoge, ora en nosotros y nos llena de alegría espiritual".
Hoy "reafirmemos nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la que todos somos hermanos", solicitó.
"¿Quién de ustedes conoce la fecha de su Bautismo?", preguntó. "Seguramente no todos, por eso les invito a buscar la fecha preguntando, por ejemplo a vuestros padres, abuelos o padrinos o yendo a la parroquia. Es muy importante conocerla porque es una fecha a festejar. Es la fecha de nuestro nacimiento como hijos de Dios". Entonces, "una tarea para casa esta semana: buscar la fecha del bautismo".
Al concluir, pidió que la Virgen María "nos ayude a vivir con alegría y fervor apostólico nuestro Bautismo, acogiendo cada día el don del Espíritu Santo, que nos hace Hijos de Dios".
Después de rezar, el Papa envió "una especial bendición" a todos los niños "que han sido bautizados recientemente, pero también a los jóvenes y adultos que han recibido hace poco los Sacramentos de la iniciación cristiana o que se están preparando para ello. ¡Qué la gracia de Cristo les acompañe siempre!".
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- ACI Prensa (@aciprensa) enero 10, 2016