El Arzobispado de Santiago de Chile informó de la conclusión del proceso eclesiástico contra el sacerdote Manuel Enrique Hervia Olave, a quien se absolvió tras haber sido acusado de abusos sexuales en un hogar de menores de Chile en el año 2011. Tras la sentencia, el presbítero podrá volver sin restricción alguna a ejercer su ministerio.
Absuelven de cargos por abuso sexual a sacerdote que se desempeñó en #LaSerena https://t.co/Ff9D6jbt4f #Chile pic.twitter.com/0fvS55XPuq
- El ObservaTodo (@elobservatodo) enero 6, 2016
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A través de un comunicado dado a conocer ayer, el Arzobispado informó que "luego de haber concluido el proceso judicial penal realizado a instancia de la Santa Sede en el Tribunal Interdiocesano de Santiago en contra del presbítero Manuel Enrique Hervia Olave, denunciado por supuesto abuso sexual de menores, comunica que el fallo es absolutorio".
"El Padre Hervia puede reintegrarse al ministerio sacerdotal sin ninguna restricción, en concordancia con lo que estime el Arzobispo de Concepción, arquidiócesis en la cual el sacerdote está incardinado", agrega el texto.
Las acusaciones
El presbítero fue denunciado en abril de 2011 por presuntamente abusar sexualmente de nueve niñas entre cinco y nueve años del Hogar San Francisco de Regis perteneciente a la congregación Purísimo Corazón de María. La denuncia fue interpuesta por dos ex funcionarias del hogar tras ser despedidas por maltratar a las menores.
En 2013, la fiscalía estimó que no existían antecedentes que confirmaran su culpabilidad, por lo que decidió no perseverar en el caso. La decisión fue acogida por el Séptimo Juzgado de Garantía y confirmada por la Corte de Apelaciones de Santiago en abril del mismo año.
En una declaración pública del 5 de enero, el P. Hervia afirmó que "haber sido públicamente acusado de este delito ha sido especialmente doloroso para mí, para mi familia y para personas y comunidades a las que he servido, procurando siempre ser fiel al Evangelio".
"Unido a mi Señor, los sentimientos que hoy brotan en mí son comprensión y perdón. Ahora, que se ha establecido la verdad y se ha hecho justicia, me dispongo con humildad a reinsertarme en la vida eclesial al servicio de mis hermanas y hermanos. Todo lo vivido en este tiempo lo pongo como ofrenda en mi camino sacerdotal ante el Padre de la misericordia", concluyó.
El sacerdote fue por varios años capellán de la Posta Central de Santiago y de los colegios Compañía de María de Seminario y Apoquindo, además de abogado del tribunal eclesiástico.