Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, junto con el Cardenal Ricardo Blázquez, Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), oficiaron el funeral de Mons. Alberto Iniesta, Obispo Auxiliar Emérito de Madrid que falleció el pasado 3 de enero en la residencia sacerdotal de Albacete.
Mons. Iniesta fue Obispo Auxiliar de Madrid entre 1972 y 1998.
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En la Iglesia de San Isidro en la capital española, el Arzobispo de Madrid agradeció especialmente "el cuidado y el mimo" que la diócesis de Albacete y su Obispo, Mons. Ciriaco Benavente, dieron a Mons. Iniesta en los últimos años de su vida, a quien él también visitó durante varios meses.
"En los últimos años venía preparándose para la muerte. En nuestros encuentro me iba diciendo lo que estaba viviendo y lo que quería. Y se resume en estas palabras del apóstol: 'En la vida y en la muerte somos de Dios'", dijo Mons. Osoro sobre el fallecido obispo que sirvió de manera especial en el barrio madrileño de Vallecas.
El Arzobispo de Madrid también se refirió a una pareja de ancianos que estaban llorando y que se encontró antes de la Misa de exequias: "me decían que tenían que estar aquí porque el Evangelio lo conocieron gracias a Mons. Iniesta durante su etapa en Vallecas".
El Arzobispo de Madrid subrayó que la vida de Mons. Iniesta estuvo siempre marcada por el amor: "por amor llegó un 4 de enero de 1923. Hoy cumpliría 93 años. Por amor fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1958 en Albacete. Por amor se entregó al servicio de la Iglesia en la diócesis albaceteña como formador del seminario, y por amor a la Iglesia en 1972 fue ordenado Obispo Auxiliar de Madrid. Por amor renunció al gobierno pastoral en 1998, pasando a ser Auxiliar Emérito de Madrid. Ha pasado de la muerte a la vida, porque amó. Con esta convicción vivió don Alberto".
"Sus manos fueron ungidas para bendecir y perdonar, sus labios inspirados a predicar el Evangelio, y su corazón, a acoger paternalmente a todos los hombres. Este último adiós está marcado por la gratitud y el reconocimiento hacia una vida sacerdotal y episcopal gastada en el servicio de Dios y de la Iglesia. Que en esta oración le siga encomendando las manos del Padre Celestial con la intercesión de la Santísima Virgen María, en esta advocación de Santa María la Real de la Almudena, y de todos los santos pastores", afirmó Mons. Osoro al término del funeral.
Mons. Alberto Iniesta fue enterrado en la capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo de la misma Colegiata de la Iglesia de San Isidro.
El Papa Francisco, a través del Secretario de Estado Vaticano, Mons. Pietro Parolin, envió su pésame en un telegrama en donde afirma que Mons. Iniesta "con ejemplar celo y entrega pastoral sirvió durante tantos años a la Iglesia".