De esta manera concluye que "del pensamiento único no se desprende una mayor facilidad para la acción política conjunta. Y no es difícil entrever que la explicación de este hecho tiene mucho que ver con la lógica del poder".
Sin embargo el Obispo anima a ir a la raíz del fenómeno. "Cuando la acción política deja de respetar la ley natural y ya no cree en ella, el concepto de 'bien común' es sustituido por el de 'interés general'", que son conceptos muy distintos.
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En ese sentido, explica que del "bien común" nadie puede quedar excluido, "la justicia es buena para todos: Lo que es verdaderamente bueno para mí, no puede ser malo para el otro".
Sin embargo cuando la política no parte de "un concepto de justicia insertada en una ley natural", se limita a invocar el "interés general".
Un concepto en el que "se esconde una lucha de intereses "particulares", en la que siempre tiene las de perder el más débil", como son los "inocentes concebidos y no nacidos". "En la lógica de la ideología de género, el derecho de la mujer a decidir, puede estar en contraposición con el derecho a la vida del nasciturus. Si negamos el 'bien común', solo cabe el 'interés general'; que obviamente, ya sabemos cuál es: el del más fuerte", señala.
Mons. Munilla explicó que "la batalla por la defensa de vida humana más débil, no se juega exclusivamente en las leyes".
En España en el año 2014 descendieron en un 12,8 por ciento el número de abortos provocados con respecto al año anterior. Unas cifras que según el Prelado apuntan a que "cada vez que en España se reabre el debate social sobre el aborto, disminuyen el número de estos", mientras que cuando deja de debatirse, aumentan.
El Obispo afirma que aunque en la legislatura que se inicia no se espera que haya ninguna iniciativa política en favor de la defensa de la vida humana "es muy importante mantener encendido el debate social sobre el aborto".
Por eso apunta a tres frentes en la causa pro vida. El primero "iluminar las conciencias, frente a la tentación del pensamiento único". "Es importante poner en evidencia la contradicción existente en los valores éticos de nuestra sociedad", destaca.
Además destaca la paradoja de que en algunas cajetillas de tabaco se puede leer: "Las autoridades sanitarias advierten: fumar durante el embarazo perjudica la salud de su hijo", mientras que según la ideología de género "se niega a dar el estatus de "hijo" al "embarazo no deseado". Si es deseado es "alguien", de lo contrario solo será 'algo'".
Como segundo punto el Obispo destaca "la implicación muy directa y comprometida en la ayuda a las mujeres embarazadas en situaciones de riesgo". En ese sentido apunta a que la disminución del número de abortos ha estado en parte motivada por la participación solidaria de muchas personas anónimas con las mujeres que han tenido un embarazo inesperado en situaciones difíciles.
Mons. Munilla también invita a "pasar por la puerta de la misericordia a cuantos se vieron implicados en el aborto", como tercer punto de ayuda en la causa pro-vida. "La oferta de este perdón no tiene nada que ver con una relativización del mal cometido, cuanto con la proclamación de la misericordia infinita de Dios, capaz de sanar y rehacer la historia de nuestra vida. De hecho, quienes experimentan esta misericordia, llegan a convertirse en testigos privilegiados de la dignidad de la vida humana", asegura en la carta.