El Año de la Misericordia también ha comenzado en las diócesis españolas con la apertura de las puertas santas de las distintas catedrales del país.
"Abrid las puertas de la justicia, entraremos para dar gracias al Señor", dijo Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, mientras atravesaba la puerta santa de la catedral de la Almudena de Madrid (España).
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En su homilía el Arzobispo animó a los presentes a detenerse un momento al traspasar la puerta santa para "sentir en lo más profundo del corazón cómo, entrando por Cristo, en Cristo y con Cristo, estamos dispuestos a vivir con todas las consecuencias el paso por esta puerta de la Verdad, de la Vida, de Amor, de Misericordia; que no es más que mostrar con nuestra vida que , lo que Cristo nos da, lo repartimos a quienes nos encontramos en el camino de nuestra vida".
Mons. Osoro pidió cambiar "el corazón de los hombre y este mundo con la misericordia, que la experimentamos en nuestra propia carne cuando celebramos el sacramento de la penitencia que nos impela a vivir y rodear a los demás de esa misma misericordia".
En Barcelona, el Cardenal Lluìs Martínez Sistach, realizó una procesión desde la iglesia de San Severo que recorrió algunos metros hasta la catedral de Barcelona. Una vez allí el Cardenal Sistach abrió la puerta santa y explicó que pasar a través de ella "significa descubrir la profundidad misericordiosa del Padre del cielo que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno", por lo que apuntó que "este Año Santo nos debe ayudar a descubrir la misericordia infinita de Dios y a tener una profunda convicción de esta gozosa realidad".
Esta celebración será una de las últimas que realice el Cardenal Sistach como Arzobispo de Barcelona, ya que su sucesor Mons. Juan José Omella, tomará posesión de la sede barcelonesa el próximo 26 de diciembre.
El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, animó a practicar la misericordia "como norma universal de vida" y a abrir "de par en par nuestras puertas a la misericordia", "abrámoslas a Jesús". También pidió ser "sensibles a todo lo humano, con capacidad de escucha y de sintonía con las preocupaciones y expectativas de los otros, dispuestos "a ayudar a cualquiera sin esperar nada a cambio".
El Arzobispo de Valencia también pidió mantenerse firme en la fe y "no a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina. Firmes en la misericordia de Dios, porque, es verdad, firme es su misericordia. Y la prueba la tenemos en el misterio de nuestra fe que ahora celebramos y que nos alimenta".
En San Sebastián, Mons. Juan Ignacio Munilla abrió las puertas del Santuario de Aránzazu, la de la catedral del Buen Pastor así como la de la basílica de Loyola.
En la homilía de la celebración de la Eucaristía en la catedral subrayó que "todos y cada uno de nosotros tenemos tanta necesidad de recibir como de dar misericordia. Se trata de algo constitutivo de la identidad y de la vocación del cristiano. Y para ello es importante que no percibamos la misericordia de una manera parcial o reductiva, sino en toda su integridad, tal y como propone la Iglesia".
Mons. Munilla también insistió en que le Jubileo de la Misericordia tiene en la confesión "un medio decisivo para entrar por la Puerta de la Misericordia: acoger la misericordia de Dios para poder transmitirla, ya que nadie puede dar lo que no ha recibido".
Recordó la importancia del gesto del Papa "confesándose ante los ojos del mundo" y también administrando él personalmente el sacramento del perdón a los fieles.
Las puertas para ganar el Jubileo estarán abiertas durante todo el Año de la Misericordia que finalizará el 20 de noviembre de 2016, el último domingo del año litúrgico.