Luego de celebrar la Misa en la Catedral de Bangui, el Papa Francisco salió al atrio del templo y desde allí dirigió unas sentidas palabras improvisadas en italiano a los jóvenes presentes en la explanada. A continuación el texto completo de su saludo luego del testimonio de uno de los asistentes:
Queridos jóvenes, los saludo con todo afecto.
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Nuestro amigo que ha hablado a nombre de todos, ha dicho que vuestro símbolo es el árbol del plátano porque es un símbolo de vida: siempre crece, siempre se reproduce, siempre da los frutos con mucha energía alimentaria.
Este árbol también nos habla de resistencia. Pienso que esto muestra claramente el camino que se les propone en este momento difícil de guerra, odio, división. Es el camino de la resistencia.
Decía vuestro amigo que algunos de ustedes quieren irse de aquí. Huir de las pruebas de la vida nunca es una solución. Es necesario resistir, tener el coraje de la resistencia, de la lucha por el bien. Quien huye no tiene el coraje o el valor para dar vida.
El árbol del plátano da vida y sigue reproduciéndose, sigue dando vida porque resiste, porque permanece, porque está allí. Algunos de ustedes me harán una pregunta. Pero padre, ¿qué cosa podemos hacer? ¿Cómo se hace para resistir?
Yo les digo ahora dos o tres cosas que tal vez serán útiles para que ustedes puedan resistir.
Primero que nada, la oración. La oración es poderosa. La oración vence al mal. La oración te acerca a Dios, el Todopoderoso.
Yo les hago una pregunta: ¿ustedes rezan? No escucho. No la olviden.
Segundo: trabajen por la paz porque la paz no es un documento que se firma y que se queda ahí. La paz se hace todos los días. Y la paz es un trabajo artesanal, se hace con las manos.
Se hace con la propia vida. Y alguno me puede decir, ¿Padre, cómo puedo ser yo artesano de la paz?
En primer lugar, no odien nunca. Y si uno te hace mal, busca perdonarlo. Nada de odio, mucho perdón. ¿Lo decimos juntos? (Todos repiten)
Y si tú no tienes odio en tu corazón, si perdonas, serás un vencedor. Porque serás vencedor de la batalla más difícil de la vida: vencedor del amor. Y por el amor viene la paz. ¿Quieren ser derrotados o vencedores en la vida? ¿Qué cosa quieren?
(El intérprete le dice al Papa: El pueblo dice que queremos ser de los que vencen)
Solo se vence en el camino del amor. El camino del amor. ¿y se puede amar al enemigo? Sí. ¿Se puede perdonar a quien nos ha hecho mal? Sí.
Así, con el amor y el perdón ustedes serán vencedores. Con el amor serán vencedores en la vida y darán vida siempre. Con el amor nunca serán derrotados. Ahora les deseo un buen trabajo. Piensen en el árbol del plátano. Piensen en la resistencia ante las dificultades.
Huir, irse lejos, no es una solución.
Ustedes deben ser valientes. ¿Han comprendido qué significa tener coraje? Tener coraje en el perdón, tener coraje en el amor, tener coraje para hacer la paz. ¿De acuerdo? ¿Lo decimos juntos? Tener coraje, ser valientes en el amor, en el perdón y en la paz.
Queridos jóvenes centroafricanos, estoy muy contento de encontrarlos. Hoy hemos abierto esta puerta. Esto simboliza la Puerta de la Misericordia de Dios. Confíense a Dios porque Él es misericordioso, Él es amor, Él es capaz de darnos la paz. Y por esto he dicho al inicio que recemos. Es necesario rezar para resistir, para amar, para no odiar, para ser artesanos de paz.
Muchas gracias por vuestra presencia. Ahora iré adentro a escuchar las confesiones de algunos de ustedes. ¿Están dispuestos a resistir? ¿Sí o no? ¿Están dispuestos a luchar por la paz? ¿Están dispuestos a perdonar? ¿Están dispuestos a la reconciliación? ¿Están dispuestos a amar esta bella patria? (A todas las preguntas los jóvenes responden "Sí")
Y vuelvo al inicio. ¿Están dispuestos a rezar? Ahora les pido rezar por mí para que pueda ser un buen obispo, para que pueda ser un buen Papa. ¿Me prometen que rezarán por mí? (Todos responden "Sí").
Y ahora les doy la bendición. A ustedes y a sus familias, una bendición pidiendo al Señor que nos dé el amor y la paz. Dios Todopoderoso los bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Buenas noches y recen por mí.