Una de las víctimas de los atentados yihaidistas de París había nacido en la ciudad de Granada (España), por eso el Arzobispo de la diócesis andaluza, Mons. Javier Martínez, recordó especialmente que se trata de días de luto para la diócesis y pidió que en estos "días de dolor" se rece por las víctimas, pero también por los asesinos. Además manifestó que no se puede "responder al odio con más odio" porque de esa manera sería "darles la razón a los que odian".
Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, aseguró durante la homilía en la Catedral que "el mundo ha sido sacudido por una de estas realidades que ponen de manifiesto la fragilidad de nuestra vida" y "hasta qué punto el odio puede ser destructivo y algo horroroso".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Son, por lo tanto, días de dolor, también de reflexión, de súplica. Hay que orar. Claro que hay que orar por las víctimas; hay que orar por los asesinos; hay que orar por las familias de las víctimas; hay que orar por nuestras sociedades", insistió y recordando unas palabras del Papa Francisco animó también a "orar por el mundo y por la paz".
"No os dejéis llevar a la trampa de que ISIS representa una forma de fanatismo religioso. ISIS no es religioso. Yo me atrevería a decir que ISIS es el enemigo más grande que tiene el Islam, en lo que el Islam tiene de forma, de tradición religiosa y de tradición de vida. Porque eso no puede hacerse en nombre de Dios. Nunca", aseguró Mons. Martínez.
El Prelado alertó del uso de la fe como si fuera "una especie de mercancía en función de bienes de este mundo: de bienes políticos, de bienestar, de obtener puestos, de conquistas humanas, incluso de conquistas culturales". "En cuanto la usamos así estamos profanando la fe", aseguró.
"Os aseguro que ISIS no es un hecho religioso, no es un dato religioso. Al contrario, es un hecho que no puede conducir más que a un odio profundo a todo lo que pueda significar religión, incluso la religión islámica en lo que tiene de tradición verdaderamente religiosa, que es mucho, que ha sido mucho también en la Historia", apuntó.
En ese sentido recordó que nuestra sociedad "en virtud de su raíz cristiana está basada en la confianza" y explicó que el objetivo del odio es "sembrar la desconfianza de manera que haga imposible la vida tal como la conocemos". Por eso el Arzobispo aseguró que "la respuesta al odio no puede ser el odio" porque sería "darles la razón a los que odian".
"No podemos dejarnos arrastrar a una espiral de odio. La respuesta adecuada es sólo el recurso a lo más rico, lo más bello, lo más auténtico. Lo que podemos presentar sin avergonzarnos ante el mundo es la belleza de una sociedad construida justamente sobre la confianza y sobre el amor", precisó y manifestó la "alegría de vivir en la confianza y en el amor".
Aseguró que tan sólo se puede vivir "sostenido por un amor infinito que ni siquiera la muerte tiene el poder de destruir". "Sólo eso es un fundamento sólido para eso que llamamos "los valores espirituales" de nuestra cultura, lo mejor de nuestra cultura, lo que la hace atractiva, lo que cualquiera puede percibir como extraordinariamente bello" y lo que hace que no crezca "la semilla del odio en nuestro corazón" porque "sería darle la victoria a los terroristas.