El Papa Francisco recibió esta mañana en audiencia a miembros del Servicio Jesuita a Refugiados, fundado por el Padre Arrupe (quien fuera Superior de la orden). El Servicio tiene como misión ayudar a quienes huyen de sus tierras a causa de los conflictos con la esperanza de alcanzar un futuro mejor.
El Santo Padre les pidió acompañar, servir y defender a los refugiados para que también tengan acceso a una educación de calidad.
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"El fenómeno de la migración forzada ha aumentado en la actualidad de manera dramática. Un gran número de refugiados sale de Oriente Medio, de África y de Asia, buscando refugio en Europa", explicó.
"El Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU ha señalado que hay en todo el mundo casi 60 millones de refugiados, la cifra más alta desde la II Guerra Mundial", dijo el Papa.
"Dentro de estas estadísticas hay personas, cada una con un nombre, un rostro, una historia, y su inalienable dignidad de hijo de Dios". Por eso, deben "acompañar, servir, defender los derechos de los refugiados".
El Servicio Jesuita a Refugiados "trabaja para ofrecer esperanza y futuro a los refugiados, ante todo mediante el servicio de educación, que reúne un gran número de personas y tiene una importancia especial", recordó.
"Ofrecer educación es mucho más que dispensar nociones. Es una intervención que ofrece a los refugiados algo por lo que ir más allá de la supervivencia, mantener viva la esperanza, creer en el futuro y hacer proyectos".
"Dar a los niños un banco en la escuela es el regalo más bello que ustedes pueden hacer", les dijo.
Para los más pequeños "las escuelas son espacios de libertad". Aunque "por desgracia sabemos que en las escuelas tampoco se ahorran los ataques de quien siembra violencia".
"Las aulas escolásticas son lugares en los que se comparte, también con niños de culturas, etnias y religiones diferentes, donde se sigue un ritmo regular, un orden cómodo, en el que los niños pueden sentirse de nuevo 'normales', y los padres felices de que estén ahí".
El Papa también destacó que la enseñanza ofrece a los niños una vía para "descubrir la auténtica vocación" y dijo que muchos todavía no tienen acceso a una escuela de calidad.
"Por eso, durante el Próximo Jubileo de la Misericordia, ustedes se han puesto el objetivo de ayudar a 100.000 jóvenes refugiados a ir a la escuela", dentro de la iniciativa "Educación Global" y bajo el lema "Pongamos en marcha la misericordia".
Francisco les pidió pensar en la Sagrada Familia, que tuvo que huir de Egipto "para escapar de la violencia y buscar refugio con extranjeros" así como en las palabras "Dichosos los misericordiosos porque encontrarán misericordia".
"Lleven siempre dentro de ustedes estas palabras, que les sean de estímulo y consuelo", concluyó.
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- ACI Prensa (@aciprensa) septiembre 15, 2015