Ante la próxima celebración de la festividad de la Virgen de la Almudena, el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, ha enviado su carta pastoral semanal en la que habla de la devoción a esta advocación de la Virgen.
Mons. Osoro destaca la importancia de la palabra "madre" en todas las personas, sin importar las diferencias de planteamientos, creencias o culturas.
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"Para nosotros los cristianos, esta palabra adquiere unas dimensiones nuevas desde el día en que Jesucristo Nuestro Señor, en el momento culminante en que da la vida por los hombres, dice al discípulo al que tanto quería, y en él a todos los hombres: 'Ahí tienes a tu Madre'".
Recordando también las palabras en la anunciación, el Arzobispo de Madrid, apunta que "la felicidad llega a esta tierra, no la van a dar los hombres, es Dios mismo quien la va a entregar".
"Él nos la entregó como Madre que acompaña y aconseja, que da la mano y hace de este edificio que es la Iglesia, formada también por Ella, un hogar, una casa de familia, donde su corazón latía durante nueve meses al unísono con el de Jesús", apunta en su carta.
El Arzobispo explica que "el cuerpo y el alma de María se transformaron en morada de Dios y así Ella abrió la tierra al cielo. Con esta disponibilidad, con este "sí", comienza una nueva era de la historia".
"María nos invita permanentemente a hacer el cielo en la tierra, a ser morada de Dios para los hombres; a hacer de nuestras vidas hogar donde la experiencia de empaparnos del amor de Dios sea transparente, familia que engendra vida definida por la entrega, el servicio, el perdón, el poner por delante al otro, o el servir al que más lo necesita".
Por eso, en vísperas de la fiesta de Santa María la Real de la Almudena, el Prelado quiere "felicitar a María; digamos feliz y bienaventurada a quien quiso estar siempre junto a nosotros, «oculta en los muros de este querido Madrid», para acompañarnos y decirnos que es nuestra Madre".
Ante la respuesta generosa de la Virgen el Prelado anima a acercarse a María para sentir con ella "el gozo inmenso de la mujer que hace silencio, que oye, que escucha a quien siempre nos habla y nos dice lo mejor para nosotros". "Es una llamada a la escucha. Solamente Dios toma rostro en nuestra vida cuando lo escuchamos. Un «sí» para abrir las puertas del cielo a la tierra", insiste.
Mons. Carlos Osoro recuerda que durante su años como obispo de Valencia y antes en Oviedo y Orense, "pudo descubrir aspectos nuevos de nuestra Madre" y "a través de sus advocaciones aprendí siempre algo nuevo de nuestra Madre la Virgen".
Por eso anima a entrar en la Escuela de María para "conocer el rostro de Dios por la maestra que primero lo conoció", "contempla ese rostro con detención y profundidad" y "presta la vida para mostrar a través de ella ese rostro".