El Papa Francisco ha enviado una nota a los participantes del Grupo Santa Marta que se han reunido en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial en España durante los días 30 y 31 de octubre, para profundizar sobre la trata de personas y el modo de erradicar "una de las nuevas esclavitudes".
En la carta el Papa ha pedido a Dios que "les dé la gracia de llevar adelante esta misión, tan delicada, tan humanitaria y tan cristiana, de curar las llagas abiertas y dolientes de la humanidad, que son también las llagas de Cristo" y ha destacado que con el trabajo de este grupo "se podrá liberar a las víctimas de las nuevas esclavitudes, rehabilitar también a los cautivos y excluidos, desenmascarar a los traficantes y a los creadores del mercado, y rendir una asistencia eficaz a las ciudades y naciones".
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Un servicio, que el Papa ha calificado "para el bien común y la promoción de la dignidad humana" que permita sacar "lo mejor de cada persona y de cada ciudadano". Ha pedido a las autoridades civiles y eclesiásticas que acompañen a las víctimas en su "camino de dignidad y libertad". "Así lo deben sentir los muchos hermanos y hermanas que sufren de la trata humana", ha subrayado.
Además ha animado a la colaboración de los 193 estados que conforman la ONU a combatir la trata de personas como un "verdadero crimen contra la humanidad". Así como el trabajo entre obispos y autoridades civiles para que "cada uno según su propia misión y naturaleza con el fin de ir descubriendo las mejores prácticas para la realización de esta delicada tarea, se realicen pasos decisivos para asegurarse que la voluntad de los gobiernos llegue a las víctimas de un modo directo e inmediato, constante, eficaz y concreto".
El Santo Padre ha recordado algunas de las iniciativas que este grupo ha llevado a cabo, como el encuentro de los alcaldes de que tuvo lugar en el mes de julio en el Vaticano. "En dicho encuentro, estas importantes personalidades han firmado una declaración por la que se comprometen ellos mismos a erradicar las nuevas esclavitudes que condenan como un crimen contra la humanidad", apunta el Papa.
En ese sentido también recordó la reciente aprobación de la Agenda 2030 en la que los nuevos objetivos del desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas que pretende "adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas".
De esta manera, el Papa también destacó que durante el discurso que hizo ante la Organización de las Naciones Unidas el pasado 25 de septiembre: "El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado".
"Es tal la magnitud de estas situaciones y el grado de vidas inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias. Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos", ha precisado.