"¡Jamás y por ningún motivo la Iglesia puede permitir que se ofenda a Dios por personas que deben dar ejemplo de Dios!", expresó enfático el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, al presidir esta mañana la Misa por la Solemnidad del Señor de los Milagros.
La Misa, con la que se inicia una multitudinaria procesión, se celebró en el exterior del Santuario de las Nazarenas en el centro de la capital peruana.
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El Cardenal Cipriani destacó que "siento el deber de expresar una condena total cuando vemos que algún miembro de la Iglesia está involucrado en abusos sexuales contra gente menor".
"Como Pastor de esta Iglesia doy la cara. Porque cuando los lobos asechan, el pastor no tiene miedo. No permitamos que falsos moralistas pretendan maltratar a la Iglesia", señaló.
Recientemente Daniel Germán Vega, del Instituto de Defensa de los Derechos del Menor, denunció ante el Ministerio Público, entre otros, al Cardenal, acusándolo de encubrir –en su responsabilidad de moderador del Tribunal Eclesiástico y Vicaría Judicial del Arzobispado de Lima– denuncias de abusos de menores presuntamente cometidas por el fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Luis Fernando Figari.
En respuesta, el P. Luis Gaspar, Vicario Episcopal de la Comisión de Familia y Vida de la Arquidiócesis de Lima y miembro del Tribunal Eclesiástico de Lima, anunció el 24 de octubre que esta institución tomará medidas legales contra Vega, "que con el afán de adquirir protagonismo nos ha denunciado".
"Basta ya de faltar el honor y la fama de las personas. Nosotros en ningún momento hemos encubierto y obstruido la justicia y mucho menos hemos sido cómplices de estos delitos", indicó, y explicó que la instancia correspondiente para investigar al fundador del Sodalicio de Vida Cristiana es la Santa Sede.
Desde abril de este año, el Vaticano nombró a Mons. Fortunato Pablo Urcey, Obispo Prelado de Chota y Secretario General de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), como visitador apostólico para el Sodalicio de Vida Cristiana en el Perú, sociedad de vida apostólica fundada en el Perú a la que pertenece el director de ACI Prensa, Alejandro Bermúdez.
La tarea de Mons. Urcey, detallada en una carta de la Pontificia Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, es "verificar la efectiva autenticidad" de "algunas acusaciones de comportamientos impropios, dirigidas al fundador de dicha sociedad de vida apostólica".
El Arzobispo de Lima subrayó hoy que "Dios sabe dónde está la verdad y la mentira. Todo lo que se dice en la oscuridad será pregonado a la luz del día".
"Hay que ponerse de pie y tener el coraje de la verdad. No tengan miedo. La Iglesia siempre estará con los débiles, con los niños, con los pobres, con los enfermos y con la verdad", indicó, y señaló que "hay que respetar el mandato de Cristo: no matarás y el que haga daño a un niño que le cuelguen una piedra de molina y lo envíen al fondo del mar, palabras duras de la escritura".
El Cardenal Cipriani dijo además que esta "no es época de cobardías ni de traiciones; es época de sinceridad, de amor en el hogar, de oración, de perdón, de comprendernos".
"El país no es de unos cuantos, es del pueblo de Dios que peregrina en esta tierra, no tenemos por qué dejar los acontecimientos de la patria en manos de los que quieren envenenarnos", añadió.
El Arzobispo de Lima también señaló que la condena se "extiende también a quienes matan a los niños en el vientre de su madre: el aborto. El aborto no tiene excepciones, no es un problema electoral".
"Toda vida humana es sagrada desde su concepción. Ni violaciones ni ninguna excepción permiten al ser humano matar a una criatura indefensa en el vientre de su madre", remarcó.
"No al aborto. El matrimonio es una institución indisoluble entre un hombre y una mujer. Enseñanzas de Cristo, les guste o no les guste, el Pastor tiene que levantar la voz cuando los lobos asechan", añadió.
Al finalizar su homilía, el Cardenal resaltó la devoción del pueblo peruano, profundamente católico, al Señor de los Milagros.
"Jesús, hoy te esperan los enfermos. Hoy te buscarán con la mirada miles y miles de hombres pecadores como yo. Hoy Señor te miramos con una fe infinita, te queremos y te miramos con esos ojos de pedir perdón. Hoy derramarás tu bendición sobre tantos pecadores arrepentidos. Abre nuestros corazones para que estas palabras rompan la costra de la hipocresía y el temor", concluyó.