Rosalba y Lieter son dos niñas cubanas de 10 y 9 años que durante varias semanas –junto a otros miembros de la Infancia Misionera – recorrieron las casas de La Habana y poblados cercanos para transmitir a la población que "Cristo los ama mucho" e invitarlos a participar de la visita del Papa Francisco. Así, cada vez que ingresaban a un barrio, poblado o iglesia, iniciaban "su misión" con un sketch.
De manera amena y a través de un diálogo de aproximadamente un minuto, ambas niñas anuncian a las personas que un amigo especial está por venir: "¡Se trata del Papa Francisco!". Acto seguido, invitan a los cubanos a prepararse para recibirlo, yendo a Misa y acercándose a sus catequistas.
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Esta manera de hacer misión fue llevada a zonas como San Antonio de las Vegas, Quivican, San Felipe, Cerro el Vedado, la Vicaría Asunción, entre otros. A todas ellas, los niños y niñas iban acompañados por la hermana Bernardina, la señora Reina Milagros López y jóvenes como Jenny y Hany, quienes los ayudan en su formación católica.
Además de las pegatinas y afiches que iban repartiendo, las niñas y niños llevaban consigo sus "bolsas misioneras", donde portan sus rosarios misioneros –con los colores de los cinco continentes-, sus biblias, el manual del misionero y una botella de agua para sobrellevar el fuerte calor. Además, sobre la cabeza llevaban sus "antenas misioneras", que los identifican con la mascota de la Infancia Misionera de Cuba.
Sobre su labor como pequeñas misioneras, Rosalba contó a ACI Prensa que llegó a la Iglesia de la mano de su mamá, y que si bien a veces es difícil evangelizar a sus amigos no católicos, "yo les digo que Jesús es muy importante en las vidas de las personas, porque sin Él no hubiéramos estado en este mundo". Rosalba tiene siempre a la mano su rosario, con el cual pide "por todos los niños que viven en los cinco continentes".
Por su parte, Lietel contó que lleva dos años en la infancia Misionera. "Lo que más me ha gustado es misionar puerta a puerta, que es tocar las puertas de las casas de la gente, decirles que Dios les ama y para invitarlos para la visita del Papa, y para que sepan que hay alguien que los ama mucho". La pequeña dijo que está contenta porque "algunos de los niños que hemos invitado a las catequesis han venido a la iglesia".
Junto a las niñas iban también las asesoras, como las hermanas Hany y Jenny Castillo Robles, de 21 y 27 años. En el caso de Jenny, indicó que parte de su labor misionera es estar con los niños "día tras día, los llamamos, los vemos, salimos, misionanos, siempre estamos activos". En ese sentido, dijo que "la visita del Papa nos ha dado mucha esperanza. Esperamos que muchas cosas cambien y que los niños y los jóvenes aumenten en la fe y los que no creen, se animen a incorporarse con nosotros"
Por su parte, su hermana Hanny afirmó que luego de la venida del Francisco "el desafío es seguir anunciando lo que ha dicho el Papa, es decir ayudarnos unos a otros. Vino como misionero de la misericordia y pienso que nosotros como misioneros debemos también misionar bajo ese nombre de la misericordia; y también seguir llevándoles la Palabra a los niños para que también se unan a esta misión tan importante que es llevar el mensaje de Jesús a todos".
Toda esta labor misionera es liderada en La Habana por la hermana Bernardina y apoyada por la señora Reina Milagros López.
La religiosa llegó de República Dominicana y trabajó en la Infancia Misionera de Cuba del 2002 al 2006 y luego lo retomó en el 2009. La hermana Bernardina destacó la confianza que muchos padres depositan en la Iglesia, a la que le confían a sus hijos "porque saben que están en un buen lugar". Asimismo, señaló que además de la catequesis con niños, la Infancia Misionera también visita enfermos.
Por su parte, la señora Reina Milagros, quien lleva más de 20 años apoyando la Infancia Misionera, indicó "a veces hay que hablarlos mucho a los padres para que vean la importancia que tiene llevar a los niños a la Iglesia", tanto para su formación religiosa como para alejarlos de los vicios", pues por la misma situación del país, "a veces los padres no tienen tiempo para dedicarse a los hijos, porque tienen que trabajar para buscar el sustento de la casa".
Sobre la visita del Papa Francisco, la hermana Bernardina afirmó que luego de este hecho la Iglesia en Cuba "debe atreverse más en la misión". "Creo que la ilusión que ellos tienen (los niños) por vivir la misión y la alegría que transmiten a los demás debe ser ahora mucho más fuerte, su compromiso en la Iglesia más fuerte, porque tenemos también un Papa que nos invita a salir, no a quedarnos dentro de los templos".