La religiosa mexicana Florinda Ruiz Carapia, conocida como la "Hermana Flor", con su buen sazón ha logrado ocupar uno de los cinco puestos de finalista en el concurso culinario MasterChef México, transmitido por Azteca Trece, y al que entró para ayudar a su congregación a pagar las deudas contraídas por las obras de caridad.
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- Hermana Flor (@FlorChefMX) septiembre 14, 2015
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La Hermana Flor, de 68 años, entró a MasterChef con la intención de ayudar a la Congregación de la Pasión de Jesucristo (pasionistas), a la que pertenece. El millón de pesos mexicanos (59 mil dólares) que podría recibir si gana la competencia servirá para la deuda de 7 millones de pesos que ha acumulado la congregación entre sus diversas obras de caridad, incluyendo la construcción de una escuela.
Fuera de su presencia en la televisión, la religiosa dirige la cocina del Seminario Palafoxiano del estado mexicano de Puebla. "Tenemos deudas, tenemos misiones donde ayudamos. Este concurso que ofrece un millón de pesos me va a permitir ayudar", aseguró la religiosa, en declaraciones recogidas por la agencia Associated Press.
Pero a pesar de destacarse entre los finalistas de un concurso que comenzó con 300 postulantes, la religiosa no pierde su sencillez.
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- MasterChef México (@MasterChefMx) septiembre 28, 2015
"No me hables de la fama. Hasta que no tenga el dinerito en la mano, no soy famosa", señaló. "Todavía la fama no me hace nada, no me ha dado ni un quinto", dijo.
A la agencia EFE, con mucha humildad, la religiosa aseguró que "hay otras hermanas que saben cocinar mejor que yo. Cada una tiene su gracia, su don y su sazón".
En pocos días un jurado de chefs profesionales elegirá al ganador del concurso, considerando criterios como el sabor de sus platos, la presentación y la rapidez con la que los preparan.
Sin embargo, a la Hermana Flor no la atemorizan las palabras muchas veces duras de los jurados del concurso.
"Los jueces se ponen duros, cómo no, por eso sufre uno. Pero a mí Dios bien me dio un carácter para que las críticas no las tomara tan en serio. No es que no me dolieran, pero si tienen razón y no cociné bien, no tienen que dejarlo pasar", indicó.