Desde que comenzó a ir a la escuela católica hace tres años, el pequeño Parker Langdon de nueve años quiere ser sacerdote.
"Le pidió a mi madre que le hiciera unas casullas y él armó un pequeño altar con un vaso y con formas. Le encanta celebrar la misa con sus primos y para los vecinos", explica su madre Jordan Langdon. Cuando vienen mis padres de visita, Parker también invita a otras personas y "celebra Misa" y da homilías, asegura.
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Parker tiene un hermano de tres años, Lincoln. "Él es el diácono Lincoln", asegura su padre Josh Parker.
"Ha sido una gran sorpresa para nosotros. Es algo en lo que él ha estado interesado durante tiempo, así que nosotros también queremos ayudarle a que siga siendo así todo el tiempo que él quiera", afirma Jordan.
Cuando la familia Langdon supo del viaje del Papa Francisco a los Estados Unidos se lo contaron a su hijo.
"Mi padre me contó que el Papa venía y me preguntó si yo quería verlo. Y contesté: ¡Sí!", recuerda Parker. "Pero después me di cuenta de que era demasiado caro y reunir el dinero iba a ser complicado. Y en cierta manera ha sido bastante complicado, pero también bastante sencillo".
Los Langdon formaron un comité para juntar el dinero necesario –más de 3 mil dólares– para enviar a Parker y su madre al Encuentro Mundial de las Familias, en el viaje organizado por la Arquidiócesis de Denver, para ver al Papa Francisco.
Parker era el líder del comité, su padre el tesorero porque según el pequeño "él es bueno con las matemáticas" y su madre era la secretaria. "Ella nos ha ayudado a hacer toda la parte de redacción y a tenerlo todo preparado para el viaje".
Dirigió una carta para pedir a sus amigos y familia algunas donaciones, ofreciendo a cambio rezar por sus donantes.
Al inicio Josh y Jordan estaban bastante nerviosos sobre lo que podría pasar si Parker no conseguía juntar todo el dinero y comenzaron con un plan de contingencia para poner la diferencia.
Pero en cuanto se corrió la voz, la campaña ganó bastante fuerza. Y el proyecto se convirtió en una lección de gratitud y generosidad para la familia Langdon, asegura Josh.
"Tuve unas reuniones con algunos empresarios que nunca habían conocido a Parker", explica Josh. "Estuvimos comiendo y hablando del viaje, y hacia el final de la comida me dieron unos 200 dólares en efectivo y me dijeron 'dile a Parker que la pase bien'".
Josh le contó a la gente de su parroquia, Nuestra Señora de Loreto en Aurora, en el estado de Colorado, Estados Unidos; a los Caballeros de Colón y al grupo de hombres de fe, que fueron extremadamente generosos y lo animaron.
A cada uno de los donantes les enviaron cartas de agradecimiento escritas a mano y les prometieron también algún pequeño recuerdo del viaje.
Nueve días antes del viaje comenzaron la novena de la Divina Misericordia y a organizar la maleta. La madre de Parker espera ver al Papa Francisco en persona y la reacción de su hijo al verlo. El niño está realmente emocionado por asistir a la Misa papal del domingo y ver al Santo Padre en acción.
"Realmente quiero ser Papa algún día. Creo que quiero ser sacerdote, así que espero estar cerca y así ver qué tipo de cosas hace".
Traducido por Blanca Ruiz Publicado originalmente en CNA