A través de la Limosnería Pontificia (la oficina encargada de la caridad del Papa), la Santa Sede ofreció hoy algunos detalles de las familias de refugiados acogidas desde hace apenas unos días en el Vaticano.
La parroquia de Santa Ana, situada en una de las entradas al estado más pequeño del mundo, acogió a una familia formada por un padre, una madre y dos hijos. "Son sirios, cristianos de rito melquita católico, del Patriarcado de Antioquia, llegados de Damasco, de la que han escapado a causa de la guerra y llegaron a Italia precisamente el domingo 6 de septiembre, cuando durante el Ángelus, el Papa lanzó un llamamiento para que cada parroquia, comunidad religiosa, monasterio o santuario acogiese a una familia".
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Los cuatro miembros de la familia se alojan en un apartamento del Vaticano, en los alrededores de San Pedro.
El comunicado enviado a los medios explica que ya se ha iniciado la solicitud de protección internacional. "De acuerdo con la ley, durante los primeros seis meses a partir de la presentación de la solicitud de asilo, los peticionarios de protección internacional no pueden trabajar".
Por tanto, "en ese período les ayudará y acompañará la comunidad parroquial de Santa Ana".
De momento no se podrán conocer más datos sobre los refugiados, puesto que –dice también la Santa Sede– hasta que Italia tome la decisión de conceder o denegar la condición de refugiados no es posible facilitar informaciones sobre esta familia".
La segunda familia fue acogida por la parroquia vaticana de San Pedro, pero "la Limosnería no puede facilitar ninguna noticia hasta que no se cumplan los requisitos necesarios".
El comunicado detalla además que desde hace años la Limosnería Apostólica ha "contribuido al pago de las tasas de emisión del primer permiso de residencia de los refugiados mediante el Centro Astalli que dirigen los jesuitas (en 2014 se han dado 50.000 euros para ese fin)".
Además, "siempre en nombre del Papa, ayuda diariamente a numerosas personas y familias de prófugos, además de ocuparse de las primeras necesidades, también sanitarias, de muchos centros de acogida en Roma".
"A esto hay que añadir que desde hace algunos días un moderno ambulatorio móvil, que fue regalado al Papa hace años y hasta ahora se utilizaba solamente en los acontecimientos que presidía, se ha puesto a disposición para atender a los prófugos varios días a la semana en los centros de acogida, incluidos los no regulares, situados en la periferia romana".
Los voluntarios, médicos, enfermeros y guardias suizos que se ocupan del ambulatorio son empleados del Vaticano, de la Universidad de Tor Vergata y miembros de la Asociación del Instituto de Medicina Solidaria Onlus.
Desde 2013 el Limosnero Apostólico es el polaco Mons. Konrad Krajewski.
Al presidir el Ángelus el pasado domingo 6 de septiembre, el Pontífice lanzó un llamamiento para acoger a familias de refugiados.
"Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa hospede a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma", apeló Francisco.
A causa de los conflictos en Oriente Medio y de la persecución religiosa en países como Siria e Irak, miles de refugiados se desplazan a diario a Europa para mejorar sus condiciones de vida. La Unión Europea ha pedido a todos los países miembros que se comprometan a ayudarles. A cada uno les ha otorgado una cifra concreta de refugiados a los que deben prestar acogida. Los países que más refugiados están recibiendo durante su huida son Austria, Alemania y Hungría.
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- ACI Prensa (@aciprensa) septiembre 6, 2015