"Un Estado, que en sus leyes permite el aborto, es un Estado tiránico, por cuanto institucionalmente viola el derecho a la vida que la persona humana tiene desde su concepción", afirma el Obispo de Santa María de los Ángeles en Chile, Mons. Felipe Bacarreza, en una columna de opinión publicada en el diario El Mercurio.
"No queremos para Chile ese Estado (tiránico). Queremos un Estado que en sus leyes e instituciones asista a la mujer para que pueda también ella reconocer y respetar el derecho a la vida que tiene su hijo y no tenga que cargar con la muerte de una persona humana", indica el texto del Prelado publicado el 27 de agosto.
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A días de una nueva votación del proyecto de aborto en Chile (8 de septiembre), Mons. Bacarreza enfatiza que si un "Estado de Derecho" se define como tal, su deber es proteger el derecho a la vida, que se tiene "por ser persona", no porque el Estado se lo conceda.
"La persona humana, que ya es elegida y conocida por Dios desde antes de la creación del mundo, comienza su camino en esta tierra en el momento de su concepción en el seno materno, y desde ese momento tiene derecho a esta vida terrena que ha comenzado", dice el Obispo.
Por eso, Mons. Bacarreza presenta como un "presupuesto falso" uno de los argumentos que promueve el lobby abortista cuando dice que, "el ser humano comienza a ser persona después de su concepción en el seno materno". Al respecto dice, "Cualquier límite que se fije será opinión humana discutible y arbitraria".
Asimismo, el Obispo de Santa María de los Ángeles, explica a través de las Sagradas Escrituras que Dios tiene decidida la existencia humana, incluso desde antes de su concepción.
"Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado" (Jer 1,5) y también, menciona la alabanza de San Pablo que dice, 'Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo... por cuanto nos ha elegido en Cristo antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor' (Efesios 1,3.4)", cita en el texto.