La Sábana Santa de Turín tiene diferentes significados para muchas personas: algunos la ven como un objeto de veneración, otros como una curiosidad medieval y otros incluso como una mera falsificación. Para un científico judío, sin embargo, la evidencia lo ha llevado a verla como un punto de encuentro entre ciencia y fe.

"La Sábana Santa desafía (las creencias fundamentales de muchas personas) porque existe una fuerte inferencia de que aquí hay algo más allá de la ciencia básica", señaló uno de los principales expertos científicos sobre la Sábana Santa de Turín, Barrie Schwortz, a ACI Prensa.

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Si bien admitió que no tenía la certeza de que estuviera en juego algo distinto a la ciencia, Schwortz aclaró que "eso en concreto no fue lo que me convenció sino que fue en realidad la ciencia la que lo hizo".

Según la tradición, la Sábana Santa de Turín fue usada para cubrir el cuerpo de Cristo luego de la crucifixión. Venerada durante siglos por los cristianos, este manto ha sido objeto de intenso estudio científico para determinar su autenticidad y origen.

La imagen sobre la tela, de 14 pies de largo y tres pies y medio de ancho, está teñida con la imagen post-mortem de un hombre –en la parte delantera y trasera– que ha sido brutalmente torturado y crucificado.

Schwortz, fotógrafo técnico retirado y conferencista experto en esta reliquia, fue miembro del Proyecto de Investigación de la Sábana Santa de Turín que en 1978 reunió a científicos de prestigio para examinarla.

Como judío no practicante en ese momento, Schwortz fue reacio a ser parte del equipo y escéptico en cuanto a la autenticidad de la Sábana Santa, señalando que no era nada más que una pintura bien elaborada. Sin embargo, estaba intrigado por las interrogantes científicas que planteaba la imagen.

A pesar de sus resistencia, Schwortz recuerda haber sido persuadido para permanecer en el proyecto por un colega científico –un católico especialista en imágenes de la NASA– que en tono de broma le dijo "¿No crees que Dios no querría a uno de sus elegidos en nuestro equipo?".

Pronto, Schwortz se encontró frente a uno de los grandes misterios de la imagen que hasta el día de hoy apasiona a sus examinadores.

Para el proyecto, el equipo diseñó un instrumento específico para evaluar rayos X, lo que permitía que las luces y sombras de una imagen se estiraran verticalmente en el espacio, en base a su intensidad proporcional de claros y oscuros.

En una fotografía normal, el resultado sería una imagen distorsionada. Sin embargo, el sudario mostró un revelado 3-D natural de una forma humana. Esto significa que "existe una correlación entre la densidad de la imagen, las luces y sombras de esta, y la distancia de la tela al cuerpo".

"La única manera de que esto pueda suceder es por algún tipo de interacción entre la tela y el cuerpo", explicó el experto. "Esto no puedo ser proyectado. No es una fotografía: estas no contienen ese tipo de información, tampoco las obras de arte".

Esta evidencia lo llevó a creer que la imagen de la Sábana Santa se produjo de una manera que supera las capacidades incluso de la tecnología moderna.

"No hay manera de que un falsificador medieval tuviera el conocimiento para crear algo como esto, y hacerlo con un método que no podemos reconocer hoy que es la era de la historia humana más orientada a la imagen".

"Piensa esto: en tu bolsillo tienes una cámara y un ordenador conectados entre sí en un pequeño dispositivo", explicó.

"El Sudario se ha convertido en uno de los artefactos más estudiados en la historia humana, y la ciencia moderna no tiene una explicación de cómo se generaron sus propiedades químicas y físicas".

Mientras que la imagen de la Sábana Santa de Turín ha sido la evidencia más convincente para Schwortz, el experto también explicó que esto era solo una fracción de toda la información científica que apunta a que es auténtica.

"Realmente es una acumulación de miles de pequeños pedacitos de evidencia que, al ser reunidos son abrumadores en favor de su autenticidad".

A pesar de estos datos, muchos escépticos cuestionan la evidencia sin haber visto los hechos. Por esta razón, Schwortz creó el sitio web www.shroud.com, como recurso para los datos científicos sobre la Sábana Santa.

No obstante, Schwortz lamentó el hecho de que hay muchos que todavía cuestionan la evidencia, muchos que creen que esto no es nada más que una elaborada pintura medieval.

"Creo que la razón de por qué los escépticos niegan la ciencia apuntan a que si aceptan algo de eso sus creencias básicas se verían dramáticamente desafiadas, y tendrían que volver atrás y reconfigurar lo que son y lo que creen", sostuvo Schwortz. "Es mucho más fácil rechazarlo y no preocuparse por eso. De esa manera no tienen que enfrentarse a sus propias concepciones".

"Creo que algunas personas prefieren ser ignorar esto en lugar de verse desafiados".

Schwortz subrayó que la ciencia indica que la Sábana Santa corresponde al sudario perteneciente a un hombre que fue enterrado de acuerdo a la tradición judía, luego de haber sido crucificado de forma coherente a lo que indica el Evangelio. Sin embargo, aclaró que esto no es prueba de la resurrección: y aquí es donde entra la fe.

"Es una imagen relacionada a la pre-resurrección, ya que si fuera una imagen post-resurrección se trataría de un hombre vivo - no muerto", explicó Schwortz, quien agregó que la ciencia no puede probar el tipo de imagen que se produciría por un cuerpo humano que ha resucitado de entre los muertos.

"La Sábana Santa es una prueba de fe, no de ciencia. Se llega a un punto donde la ciencia se detiene y las personas deben decidir por sí mismos".

"La respuesta a la fe no va a ser un pedazo de tela, pero quizás esa respuesta está en los ojos y en los corazones de aquellos que ponen su mirada en ella", precisó.

En cuanto al punto de encuentro entre fe y ciencia, Schwortz tiene una sola postura: nunca se ha convertido al cristianismo, pero sigue siendo un judío practicante. Y esto, dice el experto, hace que su testimonio como científico sea tanto más creíble.

"Creo que sirvo mejor a Dios de esta manera, en mi involucración con la Sábana Santa, al ser la última persona en el mundo que la gente esperaría que diera una conferencia sobre lo que es, efectivamente, la reliquia cristiana fundamental".

"Creo que Dios en su infinita sabiduría sabía mejor que yo, y me puso ahí por una razón", reflexionó el experto.

Traducido por Bárbara Bustamante