El martes 4 de agosto la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Chile aprobó, por ocho votos a favor y cinco en contra, el primer paso para la despenalización del aborto con el proyecto presentado en enero por la presidenta Michelle Bachelet.
Luego de esta aprobación faltan varias etapas en el eventual caso de que el proyecto sea aprobado como ley. Ahora los parlamentarios deben presentar sus objeciones o cuestionamientos hasta el 28 de agosto que luego se votará el 8 de septiembre.
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Esta instancia puede tener tres desenlaces: que se rechace el proyecto de ley, que se apruebe con observaciones, o que se apruebe como está planteado en cuyo caso pasaría al Senado.
Durante la jornada de ayer, a la que fueron invitados profesionales de salud y ministros de Estado, un grupo de católicos y evangélicos junto a diversas organizaciones pro vida y partidarias de la moción se manifestaron en las afueras del Congreso.
El Obispo de Valparaíso, Mons. Gonzalo Duarte, quien estuvo en la manifestación durante varias horas dijo sobre el tema que "nos oponemos al aborto, a todo tipo de aborto. No es posible que en Chile haya aborto, pero para eso tenemos que proteger a las mamás, proteger a las mamás solteras, proteger a las chiquillas que quedan esperando guagüitas (bebés)".
"Gracias a Dios nosotros tenemos algunas instituciones de protección pero falta más que hagamos las Iglesias, falta más que haga el Estado. Proteger a las mamás para que puedan realmente llevar a sus hijos en sus vientres con amor y tranquilidad; puedan tenerlos y puedan trabajar y a su vez ser mamás".
"Estamos en contra de todo aborto directamente procurado. No hay ninguna razón humana para procurar directamente un aborto", enfatizó el prelado.
Por su parte, el Presidente de la Comisión Nacional de Bioética y miembro de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Fernando Chomali, lamentó la decisión de la comisión de diputados. En una carta publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal de Chile, el también Arzobispo de Concepción dijo: "día triste para Chile el 4 de agosto. Un grupo de diputados, mucho de ellos médicos, han considerado que la forma de acabar con el sufrimiento de una mujer embarazada ya sea porque su estado de salud es complejo, ya sea porque su hijo viene con malformaciones, ya sea porque es fruto de una agresión sexual, es terminando con la vida de una criatura indefensa e inocente".
"Este proyecto de ley es sordo a tantas experiencias maravillosas donde mujeres en situaciones dramáticas y dolorosas, producto de un embarazo, con acompañamiento, amor, ayuda de diversa índole han dado a luz y salido adelante", enfatizó.
"Es sordo a la evidencia científica que plantea que desde el momento de la fecundación se da inicio a una nueva vida humana. Es sordo al clamor de la propia Constitución de la República que postula el cuidado y el respeto de la vida del que está por nacer. Es sordo a la experiencia de otros países donde se comenzó con las tres causales y terminó con aborto libre", afirmó.
El artículo 19 del capítulo 3 de la Constitución chilena dice que "la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona. La ley protege la vida del que está por nacer".
Mons. Chomali dijo también que "el 4 de agosto perdió Chile y nos privaremos, por la sordera de algunos, de muchos compatriotas que no tuvieron la oportunidad de decidir respecto de su propia vida. Otros, adultos, decidieron que sus vidas no merecían ser vividas, usaron el parlamento para permitir eliminarlos".
"El Estado de Derecho en Chile bajo estas condiciones es un mero relato. La violencia de Estado entró al mismo útero de la mujer, es decir al útero del futuro de Chile, aniquilándolo", concluyó.
En entrevista con CNN Chile, el Arzobispo afirmó que en los países donde se ha aprobado el aborto, se gestó una "infección cultural muy profunda" y agregó que "el aborto no es una solución, es un acto de violencia".