Con ocasión de la fiesta de los abuelos de Jesús, Santa Ana y San Joaquín, el Obispo de Gualeguaychú (Argentina), Mons. Jorge Lozano, exhortó a los fieles a valorar la dignidad humana de los ancianos, lamentando que en ocasiones esta etapa de la vida no sea "justamente valorada" y se les someta a una especie de "eutanasia en cuotas" a través del abandono y descarte.
Durante la Misa dominical, el Prelado se refirió también al Día del Abuelo, celebrado el pasado domingo. Indicó que la ancianidad es una etapa de la vida "a la que no siempre llega bien" y que en ocasiones "puede no ser justamente valorada", sobre todo en las sociedades donde la "vorágine materialista y consumista" mide a las personas por su capacidad de producción, relegando a las personas mayores.
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"Es cierto que andan más despacio, o tal vez sea mejor decir que menos apurados. Les gusta detenerse a conversar. Si en el barrio hay buenas relaciones de vecindad son cordiales en los saludos y algunos son muy valorados por su trayectoria", señaló.
Sin embargo, dijo que "algunas familias enfrentan con angustia el dilema de las decisiones acerca de la salud o el lugar de vivienda. Las casas son pequeñas, y cuando hace falta que el adulto mayor tenga cuidados de enfermería más permanentes, no se cuenta con lugar en casa para agregar una persona más, o no hay recursos económicos suficientes. Surgen las ideas y los sentimientos encontrados y los conflictos ante las decisiones de acudir a un lugar de vivienda particular, un hogar de ancianos".
"Desde que era seminarista, antes de la ordenación sacerdotal, me ha tocado visitar unos cuántos de estos hogares. Los he visto muy buenos, con calidez en el personal que trabaja a su cuidado, con buen clima de convivencia. Pero también he visto lugares que son un espanto, con descuido en la limpieza, malos tratos, abandono de las familias y desidia en los organismos de control", comentó.
Por ello, dijo que a la hora de decidir se debe pensar en qué es lo mejor para el anciano, dentro de las opciones posibles, y dialogar en familia acerca de las alternativas diversas y sus consecuencias.
Mons. Lozano señaló que cuando los ancianos son abandonados "sobreviven con amargura sin mucha noción del paso del tiempo", las dolencias y soledades se prologan, y "no son respetados en su derecho a una ancianidad digna". "No son respetados en su derecho a una ancianidad digna. Son sobrantes y descartables, y se los somete a una especie de eutanasia en cuotas", denunció.
El Prelado indicó que es distinto cuando las personas mayores "logran formar parte de centros de jubilados, grupos de tercera edad, coros musicales o talleres de teatro", o salen de paseo.
"Si sos mayor de edad, andá haciendo memoria de tus actos de amor dando gracias a Dios, y pidiendo perdón por situaciones de egoísmo o falta de atención hacia los demás. Si sos un poco más joven, fijate en los más grandes, para que vivan con la alegría que se merecen", exhortó.
"¡Qué sería de tantas familias y niños sin ellos! Algunos conjugan obligaciones laborales con horarios importantes de cuidado de los nietos. He visto unas cuántas situaciones en que los abuelos se hacen cargo de la educación de los nietos, llevándolos a la escuela, hablando con los docentes, ayudando con las tareas educativas. También acompañan en la catequesis, enseñan a rezar, a vivir en los valores familiares y sociales", afirmó.