La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), transmitió su cercanía y consuelo a los familiares de los cinco policías asesinados en los últimos días por el grupo terrorista Ejército del Pueblo Paraguayo, un hecho condenable por ser un "desprecio por la vida humana".
PARAGUAY: Ataque a policías: Patrullera recibió unos 150 disparos http://t.co/AxBvCmIGRF #NoTextAndDrive pic.twitter.com/YmBtM4bOtL
- EntornoInteligente (@ENTORNOi) julio 17, 2015
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El viernes 17 de julio tres policías fueron hallados muertos en un camino rural a 250 kilómetros al norte de Asunción. Este hecho sucedió a menos de 25 kilómetros del lugar donde el domingo 12 fueron acribillados otros dos policías.
En rueda de prensa, el ministro del Interior, Francisco de Vargas, atribuyó ambos ataques al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), grupo terrorista de ideología marxista que desde hace más de un año tiene secuestrado al suboficial de la Policía, Edelio Morínigo.
En un comunicado difundido este lunes, la Oficina de Prensa del Episcopado informó que los obispos expresaron "su consternación, dolor e indignación" por estos asesinatos que "enlutan a toda la ciudadanía y contradicen el mensaje de tolerancia, respeto y necesidad de diálogo que nos entregó" el Papa Francisco en su reciente visita al país.
"La Iglesia condena la violencia, el ensañamiento y la irracionalidad demostrada por los autores de los asesinatos y les hace un llamado firme: ¡Basta de violencia y de odio! ¡Cesen de matar a sus hermanos! La sangre derramada clama a Dios desde la tierra", expresaron los obispos, que elevaron oraciones por los fallecidos y sus familias.
"Su Santidad, el Papa Francisco, instó a todos los sectores y actores de la sociedad paraguaya a no autoexcluirse del diálogo y a buscar el camino del respeto y del reconocimiento al otro para construir la patria soñada", recordaron.
Anunciar más fuerte el Evangelio
Durante la Misa dominical, el Obispo de Caacupé, Mons. Claudio Giménez, condenó también estos asesinatos y dijo que son "la prueba más clara de la existencia del mal, del maligno". "En el fondo algo sucede, algo que no es humano. No puede ser que nos tratemos así entre hermanos", indicó en la Basílica de la Virgen de Caacupé.
Ante esto, señaló que "conviene anunciar aún más fuerte el mensaje cristiano y recordar el deseo de Jesús, esperando -contra toda esperanza- que alguna vez suceda el milagro que Él vino a anunciar: la paz".
En ese sentido, llamó a la conversión de los violentos y preguntó a los fieles si rezan también por los asesinos. "¿Rezamos por ellos para que alguna vez se conviertan?", preguntó el Prelado, quien recordó que "para Dios no hay nada imposible; eso se repite varias veces: para Dios no hay nada imposible".
"Hay que recuperar las fuerzas pero jamás detenernos (…) ¿Qué hace el Señor en estos casos? Se pone a enseñar con calma; deben creer en la paz, no en el odio", expresó.