Al término de la multitudinaria Misa que presidió esta mañana en Paraguay, el Papa Francisco realizó dos gestos en honor a la Virgen de Caacupé que los fieles de la nación, que es el "corazón de Sudamérica", nunca olvidarán.
El primero fue la lectura del decreto de la Santa Sede con la que el Santo Padre eleva el Santuario Mariano de Caacupé a la categoría de Basílica Menor con todos sus derechos y concesiones.
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De esta manera, todos aquellos que peregrinen a este templo podrán, entre otras cosas, obtener indulgencia plenaria si realizan los pasos fundamentales que pide la Iglesia para alcanzar esta gracia como confesarse, comulgar y rezar por el Pontífice.
El segundo gesto fue la consagración del Paraguay a la Santísima Virgen de los Milagros de Caacupé que realizó el mismo Papa Francisco ante la imagen de la Madre de Dios y en presencia de los miles de fieles congregados a las afueras de la nueva Basílica.
Al terminar la consagración realizada al final de la Eucaristía que celebró en el Santuario Mariano, el Pontífice ofreció un rosario de oro como regalo a la Virgen.
A continuación la oración de consagración que rezó el Santo Padre:
Señora y Madre Nuestra, Virgen de tantos rostros y tantos nombres, que aquí eres infinitamente amada como Tupãsy Caacupé, te consagramos el Paraguay, corazón de América, con todos sus habitantes, ten bajo tu amparo constante a la Iglesia de Cristo aquí presente, a los gobernantes y a todas las familias. Protege también a todos los paraguayos y paraguayas que tuvieron que migrar y aún en la distancia y con tantas pruebas no se olvidan de ti.
Ayuda virgencita serrana a que todos podamos experimentar la infinita misericordia de Dios, para que como discípulos misioneros de tu hijo Jesucristo podamos construir una nación santa inspirados en el Evangelio donde reinen la solidaridad, la justicia, la verdad, la alegría y la paz y logremos la reconciliación tan anhelada para todos los hijos de esta bendita tierra guaraní. Amén.