Cada 9 de julio se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, o, simplemente, la Virgen de Chiquinquirá, proclamada Patrona de Colombia por el Papa Pío VII en 1829. En aquella ocasión, el Papa concedió un día especial para la celebración litúrgica de esta advocación mariana. Posteriormente, en 1919, Nuestra Señora de Chiquinquirá -como también se le conoce- sería coronada canónicamente por decreto del Papa San Pío X.
El Santuario de la Patrona de Colombia, declarado Basílica en 1927 por el Papa Pío XI, es visitado cada año por miles de fieles, en especial durante los días cercanos a la fiesta central. En el recinto se encuentra el lienzo original con la imagen de Nuestra Señora, hoy custodiado devotamente por los hermanos dominicos.
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La imagen
La imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá está pintada sobre un lienzo perteneciente al periodo virreinal del arte colombiano. Este lienzo es una manta de algodón de más de un metro de longitud, encuadrada en un marco adornado con el escudo nacional de Colombia.
La Virgen María aparece vestida con una túnica de color rosado, recubierta por un manto azul, mientras que un velo blanco cubre su cabeza. De la mano izquierda de la Virgen pende el santo rosario, mientras que con los brazos sostiene al Niño Jesús. Este, por su parte, sujeta un hilo atado al pie de un pajarillo.
A la derecha de la Virgen aparece San Antonio de Padua. El santo sostiene un libro con la mano izquierda sobre el que está el Niño Jesús, de pie, con un globo terráqueo en las manos; al mismo tiempo, el santo sujeta una hoja de palma con la mano derecha. A la izquierda de la Virgen está el Apóstol San Andrés, leyendo la Sagrada Escritura, mientras soporta la cruz en X, signo del martirio.
El cuadro está adornado con dos coronas en las esquinas superiores, dos rosarios adicionales, la Cruz de Boyacá -máximo galardón que concede la República de Colombia a personas destacadas-, la Orden de San Carlos y la Orden del Congreso. El borde del cuadro está compuesto de treinta semicircunferencias con escudos de la Santa Sede, la Provincia de Chiquinquirá y de algunas diócesis. Del cuadro también penden dos rosas de plata. Para protección de la reliquia, desde el año 1954 el lienzo está protegido por un cristal.
El nombre
La voz “Chiquinquirá” proviene del Chibcha Xequenquirá, que significa “lugar pantanoso y cubierto de nieblas”, o también «pueblo sacerdotal», en alusión a las prácticas rituales precolombinas que se realizaron alguna vez en la Isla de la laguna de Fúquene, ubicada a 80 km de Bogotá. Dicha laguna, de acuerdo a la leyenda, estaba custodiada por Fu, deidad que representaba al demonio, con cuerpo de hombre pero con cabeza y cola de zorro.
En este sentido, la Virgen de Chiquinquirá representa la victoria de Dios misericordioso sobre el temor y la maldad infundidos por el culto a Fu.
Devoción universal
San Juan XXIII y San Juan Pablo II tuvieron una especial cercanía a esta advocación. San Juan XXIII, por ejemplo, con la intención de pedir por la buena realización del Concilio Vaticano II, ofrendó a través del Nuncio apostólico en Colombia lo que se denomina un “cirio de purificación”, para ser encendido ante la imagen mariana.
En 1986, San Juan Pablo II visitó la Basílica y consagró a Colombia a la Virgen María, pidiendo que conceda “el don inestimable de la paz, la superación de todos los odios y rencores, la reconciliación de todos los hermanos”. Definitivamente aún resuenan, por su actualidad, aquellas palabras invocando a la auténtica paz, esa que nace de la justicia evangélica y jamás de las armas -por aquellos años la sociedad colombiana se hallaba sumida en una escalada de violencia-: “Que cese la violencia y la guerrilla. Que progrese y se consolide el diálogo y se inaugure una convivencia pacífica. Que se abran nuevos caminos de justicia y de prosperidad”, añadió el Pontífice.
Nuestra Señora de Chiquinquirá es también patrona del estado Zulia en Venezuela y de la ciudad de Caraz en Perú.
En la República Bolivariana de Venezuela la fiesta de Nuestra Señora se celebra el 18 de noviembre. Los venezolanos le profesan gran devoción, y como muestra de ello en esa fecha la Madre de Dios es celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Maracaibo (Venezuela).
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