El Papa Francisco llegará a mañana a Quito (Ecuador), en la primera parada de un viaje apostólico que comprende también a Bolivia y Paraguay. Su visita, reflexionó un fraile franciscano ecuatoriano, debe llamar a todos los fieles católicos a una conversión profunda.
Fray Carlos Avendaño es guardián del Convento de San Francisco, contiguo a la Iglesia de San Francisco, en la que el Santo Padre se encontrará con la sociedad civil de Ecuador la tarde del martes 7 de julio. El religioso alentó a los fieles a no quedarse en la belleza externa del mensaje del Papa, y comprometerse en el cambio de vida.
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Interior de bella Iglesia de San Francisco en Quito #Ecuador, terminada a fines de siglo XVII #PapaFranciscoEnEcuador pic.twitter.com/4GniVF9vw1
- David Ramos ? (@YoDash) julio 5, 2015
En declaraciones a ACI Prensa el 4 de julio, Fray Carlos aseguró que para todos los católicos, no solamente para la orden, es un motivo de muchísima alegría y de verdad nos sentimos bendecidos por Dios porque el Vicario de Cristo nos venga a visitar a estas tierras ecuatorianas, a estos países latinoamericanos".
El fraile destacó que el Papa Francisco, como latinoamericano, "conoce muy bien nuestros entornos de nuestras naciones", por lo que está seguro de que "su mensaje será para nuestras realidades concretas".
El conjunto de la Iglesia y Convento de San Francisco data de fines del siglo XVII, y es una de las joyas arquitectónicas religiosas de la capital de Ecuador. El Papa Francisco, dijo Fray Carlos, encontrará muy avanzadas las obras de restauración del templo.
"San Francisco es un ícono en cuanto a arte, a patrimonio, a cultura, al campo de la evangelización, es un lugar muy significativo para los ecuatorianos", dijo.
Pero para el religioso lo más importante es "la preparación espiritual que hemos tenido" para recibir al Santo Padre, bajo la guía de "las normas de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana".
Esta preparación tuvo como centro el lema de la visita del Papa, "Evangelizar con alegría", porque "es lo que ha pedido el Papa, renovar un poquito nuestra vida".
Esta renovación a la que nos llama el Papa, destacó, "implica una conversión profunda que tiene que haber en nuestra vida".
Fray Carlos señaló que en ocasiones "podemos estar anclados en comodismos, en estructuras que no nos permiten vivir la verdadera justicia, la verdadera paz, la verdadera equidad entre seres humanos", por lo que las preparaciones espirituales que llevaron los franciscanos "han sido eso, preparar nuestros corazones".
El religioso destacó que en pueblos profundamente católicos como Ecuador, acontecimientos como la visita del Papa "nos mueven un poquito el piso".
Imagen de San Francisco, al interior del templo que lleva su nombre en Quito, #Ecuador. #PapaFranciscoEnEcuador pic.twitter.com/z2T74kqwkk
- David Ramos ? (@YoDash) julio 5, 2015
"Cientos y cientos de personas no solo acá que están buscando confesarse, reconciliarse con Dios, yo creo que ese es un signo muy importante", señaló.
Para el religioso estos acontecimientos ayudan a los católicos, especialmente aquellos alejados, a "volver a esa Iglesia, a esa vida sacramental, a ese encuentro con Dios".
El fraile alentó además a no reducir la visita del Papa Francisco a una imagen, y a los productos relacionados que se comercian en estos días en las calles de Quito y Guayaquil.
El Santo Padre, subrayó, "debe ser entendido en otro sentido, no solamente desde el campo material, no solamente como figura, sino como representante de Cristo".
El mensaje del Papa Francisco es "muy sencillo" pero al mismo tiempo "muy contundente, hasta que nos está motivando a todos para retomar el camino que en algún momento de la vida quizás lo hemos perdido".
Al reflexionar sobre el encuentro que sostendrá el Santo Padre con el clero, religiosos, religiosas y seminaristas en el Santuario nacional mariano del Quinche, en la mañana del 8 de julio, Fray Carlos aseguró que "más que una oportunidad para nosotros debe ser la expectativa y sobre todo cuál va a ser nuestro compromiso".
"El Santo Padre puede dar un mensaje maravilloso, pero el mensaje del Santo Padre no puede quedar simplemente en una apreciación del mensaje maravilloso, sino realmente personalmente, individualmente" debe ser respondido con una transformación de la propia vida.
"Y las transformaciones que tenemos que hacer no deben ser tampoco únicamente individuales, tenemos que saber que somos una Iglesia que camina junta, que peregrina, una Iglesia que debe ser signo, testimonio de vida", dijo.