El Papa Francisco recibió este viernes en la Plaza de San Pedro a unas 30 mil personas que participan en Roma de la 38° Convención Nacional del Movimiento de la Renovación en el Espíritu Santo, que lleva por lema "Vías de unidad y de paz – Voces en oración por los mártires de hoy y por un ecumenismo espiritual".
Junto a ellos rezó por la unidad de los cristianos y recordó a los mártires perseguidos por la fe.
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"La historia nos ha dividido, Jesús ayúdanos a ir por el camino de la unidad o por el camino de esta unidad reconciliada Señor, Tú siempre has hecho todo lo que has prometido, danos la unidad de todos los cristianos", rogó al principio de la audiencia.
El Pontífice escuchó luego algunos testimonios y subrayó el concepto de "ecumenismo de la sangre" que hermana a los cristianos.
En este sentido, recordó el caso de un párroco alemán que estudiaba la causa de beatificación de un sacerdote guillotinado durante el nazismo y que se dio cuenta de que junto a él fue asesinado un pastor luterano.
"Su sangre se mezcló. Esto es el ecumenismo de la sangre. Si el enemigo nos une en la muerte, quiénes somos nosotros para dividirnos en la vida", interpeló.
Francisco también recordó a los 21 cristianos coptos que "murieron diciendo la palabra Jesús" al ser asesinados en febrero en Libia por los terroristas musulmanes del Estado Islámico. "Son nuestros hermanos, son nuestros mártires", aseguró.
"No se escandalicen. Los cristianos asesinados, de la confesión que sean, son nuestros mártires, porque han dado la vida por Cristo", exclamó.
El Papa insistió en pedirle a los presentes que recen por la unidad de los cristianos, por la "unidad dentro de la diversidad" y en nombre del "mismo bautizo que hemos recibido".
Asimismo, exhortó a los miembros de este movimiento carismático a que sean un "río que fluye hacia el océano", una "corriente de gracia", al advertir que la Iglesia que se detiene "se corrompe".
Durante el acto interpretaron varios temas musicales el tenor italiano Andrea Bocelli y la cantante israelí Noa.