El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera, hizo un especial llamado a vivir un "sano feminismo" y a defender la vida siempre en cualquier circunstancia, siguiendo el ejemplo del Señor Jesús.
En su homilía dada a conocer por el Siame y pronunciada este domingo sobre el pasaje evangélico en el que Cristo cura a la hemorroísa y resucita a la hija de Jairo, el Purpurado resalta que "Jesús era y es un gran amigo de la mujer y que nadie como Jesús ha luchado a favor de la vida y en contra de la muerte".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Por eso, dijo, "ante el ejemplo positivo del Maestro, la Iglesia ha de seguir sus mejores tradiciones de sano feminismo. Hemos de estimar y defender la igualdad total entre el hombre y la mujer a nivel personal, en los derechos humanos. Pero también debemos afirmar su diversidad, no como contrapuestas o contradictorias, sino como complementarias".
"No podemos seguir aplicando al hombre y a la mujer la teoría trasnochada de lucha de clases como si fueran dos seres irreconciliables. En el proyecto de Dios el hombre y la mujer tienen la misma dignidad, pero fueron hechos distintos para la mutua complementariedad y no para la guerra. Apliquemos estos principios a la esfera de lo real en el hogar, la profesión, la sociedad y la Iglesia", recalcó.
El Arzobispo Primado de México también dijo que "en las circunstancias actuales, en donde tantos cultivan y proclaman una cultura de muerte, el cristiano y la Iglesia misma deben promover la dignidad de la vida humana y defenderla desde su concepción hasta su fin natural".
"En una sociedad en donde con frecuencia la mujer es marginada, su dignidad sometida a múltiples peligros, su integridad objeto de la violencia, su feminidad explotada y comercializada y en donde su aportación de su ser propio de mujer no es reconocido para la transformación de la sociedad, la Iglesia debe estar, a ejemplo de su Señor y Maestro, cercana a toda mujer, ya que sin ella no se dará la humanización de los procesos transformadores que todos anhelamos".
El Cardenal Rivera dijo además que "el cristiano y la Iglesia no pueden quedarse en una simple denuncia de todo aquello que atente contra la vida, a ejemplo del Señor de la Vida debe llevar al hombre y a la mujer a pasar de condiciones menos humanas a condiciones cada vez más humanas, hasta llegar al pleno conocimiento de Jesucristo".
"Lejos de un machismo social y eclesial, seamos sanamente feministas, como Dios nuestro Padre y su Hijo Jesucristo, luchando por la incorporación de la mujer a todas las tareas de la Iglesia y de la sociedad".
El Arzobispo alentó luego a ser "plenamente vitalistas y ecologistas, defendiendo, por supuesto las ballenas y las tortugas, los arrecifes de corales y los mantos acuíferos, pero también la vida del hombre en su integridad desde el seno materno hasta la eternidad".
"Este es el camino que nos ha trazado el papa Francisco, leamos atentamente su carta encíclica Laudato si', (Alabado sea) y hagamos lo que a cada uno de nosotros corresponde", concluyó.