Concluida la Misa que presidió en la Plaza Vittorio de Turín, el Papa Francisco dirigió el rezo del Ángelus. El Santo Padre realiza entre hoy y mañana una visita apostólica a la ciudad italiana.
En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Papa habló de la Virgen María, "madre amorosa y premurosa hacia todos sus hijos" a la que Jesús "ha confiado desde la cruz, mientras se ofrecía a sí mismo en el gesto de amor más grande".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Francisco subrayó que precisamente "ícono de este amor es la Síndone, que también esta vez ha traído a tanta gente aquí, a Torino". "La Síndone (nos) atrae hacia el rostro y el cuerpo maltratado de Jesús y al mismo tiempo (nos) empuja hacia el rostro de cada persona sufriente e injustamente perseguida".
El Papa señaló que la Sábana Santa "nos empuja en la misma dirección del don de amor de Jesús".
"Reclamando el ardor apostólico de tantos sacerdotes santos de esta tierra, a partir de Don Bosco, de quien recordamos el bicentenario de su nacimiento, les saludo con gratitud a todos ustedes, sacerdotes y religiosos".
El Santo Padre les invitó a "llevar adelante con alegría su ministerio, enfocándolo siempre hacia aquello que es esencial en el anuncio del Evangelio".
Al dirigirse a los obispos les exhortó a "estar junto a los sacerdotes con afecto paterno".
"A la Virgen María confío esta ciudad y su territorio y a aquellos que viven aquí, para que puedan vivir en la justicia, en la paz y en la fraternidad. En particular confío a las familias, los jóvenes, los ancianos, los encarcelados y todos los que sufren, con un pensamiento especial para los enfermos de leucemia al celebrarse hoy la Jornada Nacional contra la leucemia, linfomas y melanomas".
"Que María Consoladora, reina de Turín y del Piamonte, haga firme su fe, asegure la esperanza de ustedes y fecunde la caridad, para ser 'sal y luz' de esta bendita tierra".
A continuación, el Santo Padre se dirigió al Arzobispado de Turín, donde almorzó con jóvenes prisioneros de la Cárcel Menor "Ferrante-Aporti", con algunos inmigrantes y personas sin hogar.