El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, en su carta pastoral habla de la fiesta del Corpus Christi, un modo "asombroso que Jesús ha encontrado de estar cerca de nosotros hasta el fin del mundo". Es, ha dicho, "la presencia viva de Cristo, que alimenta continuamente a su Iglesia".
"No se entiende la vida de un cristiano que no quede asombrado –y viva de ese asombro- ante Cristo Eucaristía", explica el Prelado, quien también ha dado gracias por la buena acogida que ha tenido en la Diócesis la capilla de Adoración Perpetua recientemente abierta.
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Al recibir como alimento el cuerpo y la sangre del Señor "alimenta nuestra vida" y "entramos en comunión unos con otros" a través de "Jesucristo el que nos une en su cuerpo, como el racimo a la vid, para dar frutos de vida eterna".
Además, Mons. Fernández ha subrayado que "la Eucaristía es el sacramento que alimenta en nosotros la caridad cristiana", por lo que ha apuntado que "no tiene sentido que comamos a Cristo en la Eucaristía y mantengamos rivalidades, envidias y desamor entre nosotros". Por eso ha animado a "comulgar con Cristo y comulgar con el hermano".
"La paciencia para soportar los defectos del prójimo es una obra de misericordia que se alimenta en la Eucaristía", afirma Mons. Fernández.
En ese sentido el Prelado ha apuntado que "la caridad cristiana, alimentada en la Eucaristía, se prolonga con los más necesitados, saliendo al encuentro de ellos para compartir con ellos lo que nosotros hemos recibido".
En este año se celebra en Córdoba el 50 aniversario de Cáritas diocesana, y por eso el día del Corpus es el "más apropiado de esta institución de caridad".
"El mandamiento nuevo del amor fraterno, "Amaos unos a otros, como yo os he amado", es el motor constante de Cáritas. Caritas no es una ONG cualquiera, es la caridad de la comunidad cristiana para servir a los pobres de la diócesis", ha declarado.
Por eso, Mons. Fernández ha destacado que "por todas estas razones, la procesión del Corpus no es una exhibición de los que desfilan, sino una proclamación solemne de nuestra fe en la presencia de Cristo en este precioso sacramento, y un testimonio agradecido ante los demás de nuestro compromiso de amor con todos, especialmente con los más pobres".