El Papa Francisco no quiere que los más pobres se queden sin visitar la Sábana Santa que descansa en la ciudad de Turín, al norte de Italia, y costeó a 50 sin techo y enfermos de la Diócesis de Roma una peregrinación de varios días con el objetivo de que todos tengan un momento de recogimiento y oración ante esta reliquia de Jesucristo.
La visita a la Sábana tuvo lugar el 4 de junio y fue posible gracias al Limosnero Pontificio, Mons. Konrad Krajewski.
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Los mendigos fueron acogidos en el Cotolengo de Turín el 3 de junio, donde llegaron acompañados por el P. Antonio Nicolai, párroco de la iglesia Santa Lucía de Roma, la parroquia donde suelen recibir alimento y asistencia médica cientos de inmigrantes e italianos sin casa.
"El Papa Francisco ha ofrecido este viaje a nuestros hermanos indigentes porque supo de esta peregrinación a través del limosnero, y quiso donar una contribución para que estas personas que viven en la precariedad y que tienen la convicción de que, al igual que el Sudario, representan el rostro sufridor de Señor Jesucristo", explicó el P. Nicolai, en declaraciones al diario italiano Mi-Lorenteggio.
Aquí "hospedamos personas sin casa durante todo el invierno, y acogemos también a estos hermanos para que vivan una experiencia de alegría en comunidad, donde todos los enfermos y huéspedes se sienten acogidos y únicos, con su valor incalculable, según el espíritu de San José Cotolengo, y como enseña el mensaje de amor más grande que podemos contemplar en el Sudario", dijo a Mi-Lorenteggio, la religiosa Sor Josefina Fornoni, del Cotolengo de Turín.
El Sábana Santa es la tela que se cree envolvió el cuerpo de Jesucristo después de su Pasión y Crucifixión.
Hasta el momento la ciencia no ha podido explicar naturaleza de esta impresión ni tampoco imitarla, y restos de polen coinciden con la especie utilizada en los ungüentos para amortajar a los cadáveres de los sepulcros judíos durante el siglo I de la era cristiana.
La reliquia de la Sábana Santa no suele exponerse al público y ha sido abierta extraordinariamente este año con motivo del Bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco. Desde el 20 de abril y hasta el 24 de junio el Sudario puede visitarse en la ciudad de Turín.
Los primeros cristianos llevaron consigo la Sábana Santa para preservarla de la persecución. Desde Jerusalén y a lo largo de los siglos, atravesaron Edesa, Constantinopla, Atenas, Lirey, Chambery y finalmente, llegó a Turín, donde ha sido objeto de numerosas investigaciones y donde han encontrado que este recorrido descrito por la historia de la Iglesia, coincide con la procedencia de los 57 tipos de polen que aparecen incrustados en el tejido.
Durante su permanencia en Francia, en el año 1632, la Sábana fue rescatada de ser consumida durante un incendio. Esto no permite a los científicos de hoy día datar con seguridad su origen, ya que los cambios químicos que se producen en una reacción química como la combustión, falsean los resultados de la prueba de datación con Radio C-14.