El miércoles pasado, al finalizar de la audiencia general, el Papa Francisco encendió la "Antorcha de la Paz", la llama que un grupo de 20 atletas católicos llevó hasta la Plaza de San Pedro para portarla después al Santuario de la Santa Casa de Loreto (Italia).
"Saludo a los jóvenes atletas de la Peregrinación Macerata-Loreto: les deseo que la visita a la Ciudad Eterna suscite en ustedes un compromiso por la paz y la solidaridad", dijo el Santo Padre al bendecir la Antorcha de la Paz, portada por el joven Alessandro Avio hasta la Plaza de San Pedro.
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"Buen camino ¡Iré pronto a visitarles!", se despidió el Pontífice.
Los atletas forman parte de la "Peregrinación a pie Macerata-Loreto", una peregrinación anual que se organiza desde hace más de tres décadas y a la que cada año se unen miles de personas.
Los participantes esperan recibir el próximo 6 de junio un video mensaje del Pontífice: "Lo bonito de este año es que el Papa ha demostrado todavía más lo que valora nuestro peregrinaje, como mientras viaja a Sarajevo no podía llamarnos por teléfono, nos ha grabado un video mensaje que nos entregará este sábado. Yo ya he escuchado parte de este mensaje, y me ha impresionado, porque el Papa nos quiere acompañar en este camino y esto es un don extraordinario. Gracias Santo Padre", afirmó a través de Facebook el Obispo de Fabriano-Matelica, Mons. Giancarlo Vecerrica, iniciador y guía espiritual del peregrinaje.
Después de un recorrido de 300 kilómetros, se espera también que el próximo sábado la antorcha encienda el pebetero olímpico del Estadio de Helvia Recina (Macerata), y que después de una celebración eucarística, los miles de peregrinos partan a pie en una última caminata de 28 kilómetros hasta alcanzar la meta final: el Santuario de la Santa Casa de Loreto.
La peregrinación Macerta-Loreto fue propuesta por el movimiento Comunión y Liberación, y ha sido organizada con la ayuda del Centro Deportivo Italiano con el patrocinio del Servicio Nacional de la Pastoral Juvenil Italiana; la Oficina Nacional Deporte y Tiempo Libre de la Conferencia Episcopal Italiana y el Centro Juan Pablo II.