El Papa Francisco recibió este viernes a los participantes en la asamblea general de las Obras Misionales Pontificias (OMP), a quienes alertó del peligro de que esta institución de la Iglesia se convierta en una ONG, ya que "el dinero ayuda, pero también puede convertirse en la ruina de la misión".
''Por favor, tengan cuidado de no caer en la tentación de convertirse en una ONG, en una oficina de distribución de subsidios ordinarios y extraordinarios. El dinero ayuda, pero también puede convertirse en la ruina de la misión".
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"Cuando se concede gran importancia al funcionalismo, se le da también gran espacio, casi como si fuera la cosa más importante: es algo que lleva a la ruina; porque la primera causa de muerte es la de dar por sentadas las 'fuentes', es decir, lo que origina la Misión", indicó.
Por ello, Francisco pidió que "por favor, entre tantos planes y programas, no dejen a Jesucristo fuera de la Obra Misional, que es obra suya. Una Iglesia que se reduce a la eficiencia a toda costa de los aparatos del partido está ya muerta, aunque las estructuras y los programas para el clero y el laicado 'por cuenta propia' durasen siglos''.
El Papa recordó la necesidad de evangelizar en las "periferias humanas", puesto que el anuncio del Evangelio es "la primera y constante preocupación de la Iglesia, es su compromiso esencial, su mayor reto, y la fuente de su renovación...".
"Sin la inquietud y el ansia de la evangelización no es posible desarrollar una pastoral creíble y eficaz, que aúne anuncio y promoción humana", manifestó.
Dijo que esta institución tiene la misión de acudir "a los horizontes amplios y universales de la humanidad, de sus fronteras geográficas y, sobre todo, humanas'.
"Conocen las maravillas que el Espíritu Santo, mediante estas iglesias, a menudo pobres en recursos, obra en la humanidad, incluso a través de las dificultades y persecuciones que sufren por su fidelidad y su testimonio de la Palabra de Dios y la defensa del hombre".
De hecho, "en esas periferias humanas la Iglesia está llamada a salir a las calles para ir al encuentro de tantos hermanos y hermanas nuestros que viven sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida".
El Papa destacó que las OMP son "sensibles a las necesidades de los territorios de misión y, en particular, a los grupos humanos más pobres. Son instrumentos de comunión entre las Iglesias y promueven el intercambio de personas y recursos económicos".
Entre sus tareas está la de apoyar "a los seminaristas, sacerdotes y religiosos de las Iglesias jóvenes en tierras de misión en los Colegios Pontificios". "Frente a esa tarea hermosa e importante, la fe y el amor de Cristo nos empujan a todos los lugares para anunciar el Evangelio del amor, de la fraternidad y de la justicia. Y esto se consigue con la oración, con la valentía evangélica y el testimonio de las bienaventuranzas".
''No puede haber una verdadera evangelización -finalizó el Pontífice- sin la energía santificadora del Espíritu Santo, el único capaz de renovar, sacudir, dar impulso a la Iglesia en una salida audaz fuera de sí para evangelizar a todos los pueblos''.