El 13 de junio se celebra universalmente la fiesta de San Antonio de Padua. Por ese motivo, ACI Prensa pone a disposición de sus lectores una novena de preparación en honor a este gran Doctor de la Iglesia, patrono de las mujeres estériles, y cuyos devotos invocan su intercesión cuando han perdido algún objeto o si se encuentran en búsqueda de un buen esposo o esposa.

San Antonio nació en Portugal en 1195 y se le conoce con el apelativo “de Padua” porque fue en esa ciudad italiana donde murió en 1231. Allí se encuentran sus restos y se veneran sus reliquias principales.

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Antonio fue fraile franciscano y un eximio predicador, un hombre que además escribió textos hermosísimos -la tradición lo ha denominado “Doctor Evangélico”- y realizó milagros impresionantes. Se dice que cierto día, mientras oraba, se le apareció el Niño Jesús, de ahí que generalmente lo vemos representado con el Niño en brazos.

San Buenaventura decía de él: "Acude con confianza a Antonio, que hace milagros, y él te conseguirá lo que buscas". El Papa León XIII lo llamó "el santo de todo el mundo" porque su nombre, su imagen y sus devotos se encuentran en cualquier lugar.

Primer día de la Novena a San Antonio de Padua

V/. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

R/. Amén.

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. Señor, date prisa en socorrerme.

V/. Gloria al Padre...

R/. Como era en el principio...

Oración inicial

Señor Dios de poder y misericordia, te pedimos que nos envíes tu Espíritu Santo, para que, haciendo morada en nosotros, como la hizo en tu siervo Antonio, nos convierta por su intercesión en templos de tu gloria y nos guíe por los caminos que Tú, Padre de bondad, quieres para nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

De los sermones de San Antonio

El que está lleno del Espíritu Santo habla diversas lenguas. Estas diversas lenguas son los diversos testimonios que da de Cristo, como por ejemplo la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia, que son las palabras con que hablamos cuando los demás pueden verlas reflejadas en nuestra conducta. La palabra tiene fuerza cuando va acompañada de las obras, y, por esto, el Señor nos maldice como maldijo aquella higuera en la que no halló fruto, sino hojas tan sólo. “La norma del predicador -dice san Gregorio- es poner por obra lo que predica”. En vano se esfuerza en propagar la doctrina cristiana el que la contradice con sus obras.

Hablemos, por tanto, como el Espíritu Santo nos conceda expresarnos, pidiéndole humilde y devotamente que nos infunda su gracia, para que llegue el día de Pentecostés por la perfección de los cinco sentidos y la observancia del Decálogo; para que quedemos llenos del espíritu impetuoso de la contrición y nos abrasemos con las lenguas de fuego de la confesión, para que, encendidos e iluminados en el esplendor de los santos, merezcamos ver a Dios uno y trino. Ayúdenos aquel que es Dios uno y trino, bendito por los siglos de los siglos. Diga todo espíritu: Amén, aleluya.

Antífona: Desde su juventud caminó Antonio con rectitud, halló mucha sabiduría y progresó en ella. Se entregó a Dios de todo corazón y en tiempos violentos fue compasivo.

Plegaria

Recuerda, Señor, que tu misericordia y tu ternura son eternas. Con la confianza que nos da el sabernos hijos tuyos e invocando la intercesión de tu siervo San Antonio, al que atiendes con largueza, te presentamos nuestras peticiones: ...... ...... ......

Oración final

Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de San Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

V/. Bendigamos al Señor.

R/. Demos gracias a Dios.