"Sus vidas son como la vida de las hermanas y de los hermanos de Jesús, como la de sus discípulos, no puede ser tirada, banal, privada de un propósito", expresó el Papa Francisco a un grupo de jóvenes polacos que participaron en la Audiencia General, para alentarlos a abrir sus corazones al Espíritu Santo y transformar el mundo.
Estos jóvenes se reunirán en la ciudad de Lednica el próximo 6 de junio para participar en el encuentro más importante de la juventud polaca, que reúne a miles de peregrinos cada año y fue iniciado en 1997 por el fraile dominicano Jan Góra (Juan Montaña).
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En sus saludos al término de la Audiencia General, el Pontífice pidió a los peregrinos polacos que junto a Cristo "transformen el mundo". "Con todo el corazón comparto su alegría, su entusiasmo y su deseo del Espíritu Santo", expresó. "Él les anima y les llena de amor, es creativo, dona la vida, las fuerzas y el impulso necesario. Todos tenemos una gran necesidad de Él".
Francisco les pidió que abran "los corazones al Espíritu Santo a fin de que les colme de sus dones. Acójanlo como un huésped particular, llenen sus corazones de Su presencia. Pidan que les acompañe cada día en el trabajo, en el estudio, en la oración, en las decisiones, en el superarse a sí mismos y en el hacer el bien. Sean fuertes con Su fuerza. Con Él transformen el mundo", dijo.
El Papa explicó que "es el Espíritu el que dona la verdadera vida, cuida la soledad, nos acompaña constantemente y nos guía. Busquen ser maduros a la plenitud de una vida así, a la plenitud del amor. Asuman la responsabilidad de la vida y no sólo las apariencias".
Por último, les pidió que "reciban el Espíritu Consolador como en el día de la confirmación. Abran sus corazones a Su santidad y potencia. Que Él refuerce su fe, su esperanza y les conduzca hacia un amor maduro y responsable que es más fuerte que la muerte".
Que también "les ayuda a asumir el gran diálogo con Dios, con el hombre y con el mundo en nuestra etapa de la historia. Llenos de la potencia del Espíritu Santo vayan donde les mande. ¡Ánimo! Emprendan el camino con Él. Que sea Él el que les conduzca. Les bendigo de corazón".