Najeeb Michaeel, un fraile iraquí, evitó que 800 manuscritos de los siglos XIII al XIX cayeran en manos del Estado Islámico (ISIS) y fueran destruidos por los extremistas musulmanes cuando tomaron la ciudad de Qaraqosh (en el norte de Irak) en agosto del año pasado.

"Era absolutamente necesario que esos manuscritos, conservados en la biblioteca de los dominicos en Mosul y luego en Qaraqosh (dos ciudades en el norte del país), escaparan a la destrucción sistemática del patrimonio cultural no musulmán", declaró el religioso dominico a AFP.

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Este conjunto de tesoros históricos incluye textos sobre filosofía, historia, literatura, música y espiritualidad cristiana y musulmana, escritos en árabe, siriaco, armenio y arameo. Todos se destacan por su caligrafía excepcional y sus miniaturas.

Asimismo, los documentos son la prueba de la antigua presencia del cristianismo en la zona mesopotámica, ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates. "Son como un puente entre las civilizaciones, que dan fe del pasado y dicen muchas cosas sobre el presente", comentó Najeeb sobre el valor de los manuscritos.

Diez días antes de la caída de Qaraqosh, donde residía la mayoría de cristianos, el fraile dominico vio el peligro que corrían sus vidas y el patrimonio cristiano. Por ello, la madrugada del 7 de agosto, durante el ataque del Estado Islámico a la ciudad, huyó con otros  religiosos en un vehículo hacia Erbil (capital del Kurdistán iraquí), pero para llegar debían atravesar la zona de combate entre los yihadistas y los milicianos kurdos.

"Evacuamos en camión una buena parte de los manuscritos de Qaraqosh a Erbil, en el Kurdistán (iraquí), que se encuentra a 70 kilómetros", narró el dominico. Sin embargo, cuando llegaron a la frontera se les negó el pase.

En medio del peligro, el fraile descargó las cajas que contenían los manuscritos y se las fue entregando a las personas que iban a cruzar la frontera. "Estábamos ahogados en medio del inmenso éxodo de poblaciones cristianas y yazidíes, que huían masivamente para refugiarse en Erbil", recordó.

Ese día Daesh (nombre del ISIS en árabe) permitió el pase a Kurdistán a los miles de refugiados. El dominico señaló que todas las cajas llegaron a buen puerto y fueron guardadas en un lugar discreto. Días después, los terroristas destruyeron las bibliotecas de Mosul y de Qaraqosh.

Un puente entre civilizaciones

El historiador francés Françoise Briquel-Chatonnet comentó a AFP que la Biblioteca Británica de Londres conserva cincuenta manuscritos sobre el cristianismo escritos en siriaco. Todos están datados antes de la llegada del Islam a la región. "Los más antiguos datan del año 411", indicó.

Sobre la colección de manuscritos bajo la custodia del fraile Najeeb Michaeel, el historiador indicó que "son una suerte de puente entre civilizaciones, son testigos del pasado y él los cuida como sus hijos".

Desde 1750 los religiosos dominicos estaban presentes en Mosul y habían acumulado miles de manuscritos antiguos. Como heredero del ideal dominico de "contemplar y transmitir lo que se ha contemplado", Najeeb dedicó su vida a salvaguardar los textos.

El religioso relató que además hay archivos digitalizados y guardados en un disco duro. "Desde 1990, hemos digitalizado en total 8.000 manuscritos de la región. Pero hoy en día la mitad de los originales no existen, porque los destruyó el Estado Islámico", añadió.

Actualmente siete de estos manuscritos rescatados por Najeeb son exhibidos en París hasta el 24 de agosto como parte de la exposición "Mesopotamia, cruce de culturas".

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