Al término de la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco expresó su cercanía a las familias de las más de 400 víctimas del naufragio de un barco de pasajeros en un río de China ocurrido el martes pasado, y agradeció a las personas implicadas las labores de rescate.
"Expreso mi cercanía al pueblo chino en este momento difícil, por el desastre del barco en el río Yangtsé. Rezo por las víctimas, por sus familiares y por todos aquellos que están trabajando en los equipos de socorro. Sobre todos y sus seres queridos invoco bendiciones abundantes de paz y de alegría del Señor Jesús", manifestó el Papa.
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La catástrofe del barco "Estrella del Oriente" se produjo este martes y las labores de salvamento se desarrollan bajo un gran operativo que incluye a 4.600 rescatistas y 200 buzos. A 40 horas del suceso, tan sólo se habían recuperado 40 cadáveres y fueron encontrados con vida 14 supervivientes.
El barco de 76 metros de longitud está hundido a una profundidad de más de diez metros. A bordo del barco viajaban 405 turistas, cinco guías y 46 tripulantes. Los turistas, en su mayoría personas mayores, estaban haciendo una excursión de 11 días.
Aún se desconocen las causas del hecho, pero el capitán y el ingeniero jefe sobrevivieron al naufragio y están bajo custodia policial. Los dos atribuyeron el accidente a un tornado que hizo escorar el barco, que se hundió, según declararon, "en uno o dos minutos".
La censura a la que el gobierno comunista somete a la población se ha vuelto a poner en evidencia con esta tragedia. El desastre dio lugar a un creciente número de comentarios críticos en Internet que fueron eliminados por el régimen. Además, los medios de comunicación chinos no pueden enviar a sus propios reporteros al lugar del siniestro, sino que tienen que reproducir las noticias de la agencia oficial del estado Xinhua.