La cristiana pakistaní condenada a muerte por haber incumplido supuestamente con la ley de blasfemia se encuentra gravemente enferma. Sufre hemorragia intestinal y necesita urgentemente atención médica.
Ante esta situación su familia además de solicitar el suministro inmediato de medicinas, también ha pedido un traslado a la cárcel de Lahore, más cerca de la ciudad en la que residen.
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Asia Bibi lleva seis años encarcelada injustamente y las pésimas condiciones en las que se encuentra en la cárcel desde entonces están pasando factura. Según ha explicado su familia a la plataforma MasLibres.org, "se encuentra tan débil que apenas puede andar".
Según las informaciones recibidas por la plataforma ciudadana, los problemas estomacales que desde hace meses viene sufriendo Asia Bibi han empeorado hasta el punto de que está padeciendo "hemorragias intestinales" que se manifiestan en las heces y vómitos.
"Tiene dificultades para alimentarse de forma adecuada, al tiempo que padece dolores constantes en la caja torácica. Por todo ello, es necesario que Asia Bibi se someta cuanto antes a un chequeo médico completo, con análisis de sangre incluidos", señalan.
Los abogados de Asia Bibi han emprendido las acciones legales necesarias para que reciba el tratamiento médico oportuno y también han pedido que sea trasladada a la cárcel de Lahore, más adecuada a su actual estado de salud y en la que estaría más cerca de su familia. Actualmente Asia Bibi se encuentra en la cárcel de Multán, a varias horas de Lahore, la ciudad donde reside su familia.
La última visita de los familiares a Asia Bibi fue el pasado 22 de mayo.
Asia Bibi fue injustamente acusada en junio de 2009 de haber envenenado un pozo en el que sólo podían beber musulmanes. Le exigieron abandonar su fe y convertirse al Islam a lo que ella respondió: "Cristo murió en la cruz por los pecados de la humanidad" y preguntó a las mujeres qué había hecho Mahoma por ellas.
Algo que denunciaron ante el Imán de la ciudad y que, según está tipificado en el Código Penal de Pakistán es un delito de blasfemia y se condena con la pena con la muerte.
Desde entonces continúa encarcelada.
Su marido y su hija menor se encontraron brevemente con el Papa Francisco durante una visita al Vaticano el pasado mes de abril. Tras exponerle el caso de Asia Bibi, el Papa les dijo: "Rezo por Asia, por ti y por todos los cristianos que sufren".