Que todos sean uno para que el mundo crea. Con estas palabras el Papa Francisco hizo un nuevo llamado a través de un video-mensaje en ocasión de la jornada de diálogo y oración organizada el sábado en la diócesis estadounidense de Phoenix junto a un grupo de pastores evangélicos pentecostales.
En referencia a la persecución a los cristianos, el Santo Padre dijo: "me viene a la mente decir algo que puede ser una insensatez, o quizás una herejía, no sé. Pero hay alguien que 'sabe' que, pese a las diferencias, somos uno. Y es el que nos persigue. El que persigue hoy día a los cristianos, el que nos unge con el martirio, sabe que los cristianos son discípulos de Cristo: ¡que son uno, que son hermanos! No le interesa si son evangélicos, ortodoxos, luteranos, católicos, apostólicos… ¡no le interesa! Son cristianos. Y esa sangre se junta".
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"Hoy estamos viviendo, queridos hermanos, el ecumenismo de la sangre", añadió. "Esto nos tiene que animar a hacer lo que estamos haciendo hoy: orar, hablar entre nosotros, acortar distancias, hermanarnos cada vez más".
El mensaje del Papa comienza en inglés, pero él mismo pide disculpas después porque "mi inglés no es suficientemente bueno para explicarme", así que "hablo español pero, sobre todo, hablo la lengua del corazón".
Francisco aseguró que "la desunión es una herida en el cuerpo de la Iglesia de Cristo. Y nosotros no queremos que esa herida permanezca". Es más, "la desunión es obra del padre de la mentira, del padre de la discordia, que siempre busca que los hermanos estén divididos".
Como ya ha dicho en otras ocasiones, repitió estar convencido "de que la unidad entre nosotros no la van a hacer los teólogos. Los teólogos nos ayudan, la ciencia de los teólogos nos va a ayudar, pero si esperamos que los teólogos se pongan de acuerdo, la unidad recién se va a lograr al día siguiente del día del Juicio Final".
Por tanto, "la unidad la hace el Espíritu Santo, los teólogos nos ayudan, ¡pero nos ayudan las buenas voluntades de todos nosotros en el camino y el corazón abierto al Espíritu Santo!".
En concreto, sobre la celebración ecuménica el Obispo de Roma señala que "desde aquí me quiero asociar a ustedes. 'Padre, que sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado': es el eslogan, el lema de este encuentro; la oración de Cristo para que el Padre conceda la gracia de la unidad".
El Pontífice aseguró su cercanía "espiritualmente, con todo mi corazón", "buscando juntos, pidiendo juntos la gracia de la unidad".
"La unidad que está germinando en nosotros, la unidad que comienza sellada por un solo Bautismo y que todos tenemos. La unidad que vamos buscando juntos en el camino. La unidad espiritual de la oración, los unos por los otros. La unidad del trabajo conjunto en la ayuda de los hermanos, de los que creen en la soberanía de Cristo".
Al despedirse, el Santo Padre aludió a la certeza de que Dios "nos ha enviado el Espíritu que prometió para que realizara esa 'armonía' entre todos sus discípulos".
Finalmente y como suele hacer el Papa dijo: "por favor, les pido que recen por mí. Porque lo necesito, para ser fiel a lo que el Señor quiere de mi Ministerio".