Una muestra de cercanía y de agradecimiento por la labor que realiza la Policía, así como un recuerdo especial por aquellos que perdieron la vida protegiendo a los demás, son los sentimientos que manifestó el Papa Francisco al recibir este jueves en Roma a los familiares de los efectivos fallecidos al servicio de la Policía de Italia.
"Quien, día a día, asume la seriedad y la tarea del propio trabajo y lo pone a disposición de la comunidad, y especialmente de quien está en peligro o se encuentra en situación de grave dificultad, 'sale' hacia el prójimo y lo sirve", afirmó el Pontífice. De esta manera, añadió, "cumple con su vida, incluso en el caso de perderla, como hizo Jesús muriendo en la cruz".
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En ese sentido, el Papa explicó que "sólo contemplando a Jesús en la cruz podemos encontrar la fuerza del perdón y el consuelo de que también nuestras cruces serán redimidas por la suya, y por ello cada sacrificio y cada drama encontrarán en Él rescate y redención".
Francisco manifestó también que el testimonio de los valores cristianos "es todavía más elocuente en este tiempo, en el cual, ante el entusiasmo generoso de tantos, a menudo no le sigue la capacidad de canalizarlo en una tarea coherente y constante".
Para el Pontífice, la labor de la Policía no es temporal ni parcial, sino que reclama "solidez en el tiempo" ya que garantiza "para todos los ciudadanos la legalidad y el orden".
Por último, recordó el drama de la inmigración en Italia y de las muertes que se producen en alta mar por personas que intentan llegar a las costas de Italia. "Ustedes están en primera línea, tanto en la acogida inicial de los migrantes como en la acción contra los traficantes sin escrúpulos".
Aquí "les distingue el espíritu de servicio y de humanidad" y les empuja "a hacer el bien" y a "salvar a cuantas más personas sea posible y no ahorrar energías y tiempo en tal tarea".
El Papa les recordó que "en la defensa de los débiles y la legalidad encontrarán el sentido más verdadero de su servicio y servirán de ejemplo al país, que tiene necesidad de personas que lo sirvan con desinterés, generosidad y continuidad".
"Cada preocupación honesta que contribuye al bien de todos y se desarrolla con decisión y pasión, favorece al crecimiento de la persona y de la sociedad, proporcionando también los medios necesarios para una existencia libre y digna".
Francisco explicó que su labor constituye "una auténtica misión" que pone en práctica "valores de especial relevancia para la vida civil". Se refirió en concreto al "fuerte sentido del deber y de la disciplina, a la disponibilidad del sacrificio, hasta, si fuera necesario, dar la vida por la tutela del orden público, por el respeto de la legalidad, por la defensa de la democracia y el contraste de la criminalidad organizada o del terrorismo".
En suma, "su misión requiere la valentía de socorrer a quien se encuentra en peligro y de detener al agresor", lo que libra a la población "de las prepotencias de los violentos y de los corruptos".
Se trata de una existencia que "presenta un alto valor ante el Señor, y todo sacrificio acogido por amor del bien vendrá premiado por Él", concluyó.