Constanza Saavedra vive las 24 horas del día dedicada a su hijo Ignacio, "Nachito" como le dice con cariño. Un niño de tan sólo siete años que sufre una grave enfermedad muscular congénita que le impide respirar por sí mismo y depende de un respirador.
Cuando nació, el 17 de agosto de 2008 en Santiago de Chile, las matronas aconsejaron a la familia que no se encariñaran con él porque moriría a pocas horas de nacer, lo cual sorprendentemente no ocurrió.
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El estado de salud de este niño es tan delicado, que su madre, no sale casi nunca de su casa, por temor de contagiarlo con cualquier tipo de virus o bacteria. Todo el tiempo está con él.
Además, los gastos de su cuidado han sido tan altos que esta familia ha vendido lo poco que tenía para salir adelante y han debido vivir con sus padres.
Una historia para muchos desoladora, para Constanza en cambio su hijo es lo mejor que le podría haber pasado en la vida y la razón de su alegría.
"¡Decir feliz me queda chico! Me siento totalmente realizada. Para mí es un honor que un niño tan maravilloso como él sea hijo mío", afirmó Constanza en entrevista con ACI Prensa.
Ella, junto con su esposo Gonzalo Opazo, han dedicado su vida a cuidar de su único hijo, siendo ambos hoy un testimonio y ejemplo para otros padres para que puedan decir sí a la vida pese a toda circunstancia.
Debido a su enfermedad Ignacio no puede mover los músculos con excepción de algunos de la cabeza y debe comunicarse a través de sonidos. Por ello, tiene sesiones diarias con kinesiólogos y dos días con fonoaudiólogo para trabajar la capacidad motora y la respiración.
Permanece la mayor parte del tiempo en cama y sus pasatiempos son leer, ver televisión, pero sin duda su favorito es jugar con su mamá.
"Efectivamente era una enfermedad muscular grave, efectivamente él no puede respirar sin un ventilador que respire por él, pero cualquiera que lo conoce se da cuenta de lo inmensamente feliz que es. Es muy inteligente, sabe leer, se comunica súper bien y pasamos todo el día jugando, aprendiendo, cantado, leyendo, haciendo cosas entretenidas… y él sabe que su cabecita no tiene ningún límite", explicó orgullosa Constanza.
Frente a la pregunta de si la vida de su hijo es digna, Constanza afirmó con seguridad que "toda vida humana es inherentemente digna. Porque qué define digna ¿La salud? Si es así habría un alto porcentaje de la sociedad que tendría vidas indignas. Todos los ancianos, todas las personas dependientes, los niños pequeños, las personas enfermas, las personas pobres ¿Entonces quién define dignidad? Otra cosa es calidad de vida. Para mí la calidad de vida tampoco va en lo que puedas hacer o no hacer, sino en qué tanto tu disfrutas tu vida y que tantas ganas tienes de despertar al día siguiente y seguir viviendo y mi hijo claramente lo disfruta".
Esta abnegada madre también es médico familiar, profesión que no pudo ejercer en ningún centro médico luego de nacido "Nachito", pero que sin embargo, como ella cuenta, este ha sido "el desafío médico más importante y lindo que he podido vivir. No me siento para nada frustrada, he aprendido muchísimo y he podido ayudar a otros también".
Constanza aseguró que como familia "tenemos todo lo que nos importa. No nos falta nada importante, gozamos nuestros días y queremos seguir en esta aventura con nuestro hijo".
Frente al debate en torno al aborto
Respecto a la discusión sobre el proyecto de despenalización del aborto en Chile, que incluye la causal de "inviabilidad fetal" para realizar un aborto, Constanza no tiene miedo en sacar la voz en esta entrevista y también por medio de las redes sociales, para decir las verdades y mitos respecto a este tema desde su propia experiencia como madre y médico familiar.
"Para mí nunca fue una opción abortar a Nachito. Si yo hubiera sabido en el fondo lo que me estaría perdiendo habría sido el error más grande del mundo", sostuvo.
"Hay un problema (…) y no lo podemos encubrir", sostuvo. "Falta apoyo, hoy en día son las mamás y las familias las que se están haciendo cargo del gran porcentaje de la carga económica de tener un hijo con una enfermedad crónica. Me pasó a mí y le pasa a muchas otras mamás mucho peor que a mí".
"A la vida de un hijo no se le puede poner precio. Tampoco puede ser que una familia quede en la calle por preferir el bienestar y la salud de un hijo, por eso el gobierno debe hacerse cargo de garantizar todos los apoyos posibles y disponibles para todas esas mujeres, sus hijos y sus familias".
Mientras miles salen a las calles a manifestarse por la vida, Constanza no se queda atrás y desde su computador es una incesante activista pro-vida. Ella está a cargo de la página de Facebook Testimonios por la Vida que reúne historias reales de mujeres que han sufrido embarazos vulnerables como fue el caso de ella y que con coraje y valentía han decidido seguir adelante.