El domingo 3 de abril durante una visita pastoral a Ostia Lido -ciudad costera al oeste de Roma-, el Papa Francisco protagonizó un enternecedor encuentro con las personas mayores, con quienes bromeó diciendo: "Recen por mí, estoy un poco enfermo y viejo, ¡Pero no demasiado!".
Con su característico sentido del humor, el Pontífice, de 78 años de edad, continuó el encuentro comentando las bondades del clima. "Esta es una jornada de tentaciones, podríamos irnos a la playa con este sol, pero en la vida hace falta tomar elecciones", señaló.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Papa viajó a Ostia para celebrar la Misa en la parroquia Santa María Reina de la Paz, donde encontró a los ancianos, enfermos, jóvenes, y esposos que bautizaron a sus hijos durante el año. "Que no falte la transmisión de la fe, su luz es la mejor herencia que podemos dar a los niños junto al testimonio cristiano", dijo el Pontífice invitando a guiar en la fe a los pequeños, sin esperar a "la Primera Comunión".
El Santo Padre también confesó a cuatro penitentes y visitó por sorpresa la caravana de las Hermanitas de Jesús, de la familia espiritual Carlos de Foucauld, un grupo de religiosas que viven dentro de un parque de atracciones cercano a la parroquia, donde asisten a los trabajadores y a las personas que lo gestionan.
Durante la homilía el Pontífice explicó el sentido de la parábola evangélica de la vid y los sarmientos. "Una palabra que Jesús repite a menudo -dijo el Papa- es permanezcan en mí. Y precisamente la vida cristiana significa permanecer en Jesús. Y Él, para explicarnos bien lo que significa utiliza la figura hermosa de la vid. Cada rama que no está unida a la vida muere, no da fruto. Los sarmientos unidos a la vid reciben el jugo de la vida y así crecen y dan fruto. Una sencilla imagen, permanecer en Jesús es unirse a Él para recibir la vida, el amor, el Espíritu Santo".
"Todos somos pecadores -continuó el Pontífice-, pero si permanecemos en Jesús el Señor viene, nos poda un poco para que podamos dar fruto: Él siempre cuida de nosotros, pero si nos separamos de Él no somos más que cristianos de palabra, pero no de vida, somos cristianos muertos porque no damos fruto".
En este sentido el Papa invitó a "permanecer en Jesús, que quiere decir tener el deseo de recibir su vida, su perdón. Significa buscar a Jesús, rezar, significa acercarse a los sacramentos, hacer lo que hizo Jesús, tener su mismo comportamiento: entonces cuando nosotros chismeamos no permanecemos en Él, cuando engañamos con negocios sucios que están al alcance de todos somos como sarmientos muertos. Permanecer en Jesús es hacer el bien, rezar, ayudar a los pobres y los enfermos, tener la alegría del Espíritu Santo".
Asimismo, Francisco desafió a los fieles con una pregunta: "¿Yo permanezco en Jesús? ¿Soy lejano a Jesús? Hay quienes se dejan ver como sus discípulos, y luego hacen lo contrario: son los sarmientos hipócritas. Quizá van el domingo a Misa, hacen ver una imagen pía, pero después viven como paganos. Jesús los llama hipócritas. Jesús es bueno y los invita a permanecer en Él. Si resbalamos en el pecado nos perdona porque es misericordioso. Quiere que permanezcamos en Él y que no seamos hipócritas. Y con esta la vida cristiana puede continuar".
"Si permanecemos en Él tendremos eso que pedimos. Hace falta fortaleza en la oración. Si la oración es débil, no da frutos porque el sarmiento no está unido a la vid. Si en cambio va unido a la oración se hace omnipotente, y esta omnipotencia proviene del permanecer en Jesús. ¡Que el Señor nos done esta gracia!", concluyó el Santo Padre.