Según el último informe de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), existen actualmente en el país más de 30 mil sacerdotes y poco más de 16 mil diáconos.
Entre todos ellos, las denuncias comprobadas de abusos sexuales en el periodo 2013 – 2014 no llegaron a diez.
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El informe fue preparado por la Secretaría de los Obispos de Estados Unidos para la Protección de Niños y Jóvenes con el fin de entregarlo a la National Review Board que supervisa los esfuerzos de la Iglesia Católica para responder y prevenir los abusos.
El informe contempla dos análisis: uno del Centro de Investigación Aplicada para el Apostolado de la Universidad de Georgetown (CIAA) y otro presentado por la empresa de auditores Stonebridge Business Partners a la secretaría.
Los datos del CIAA encontraron solo seis acusaciones de abuso de un menor de edad que ocurrió entre julio de 2013 y junio de 2014, el que había sido confirmado por la policía, y dos incidentes de abuso confirmado por un proceso canónico en la Iglesia Católica.
Los datos de los auditores de Stonebridge Business Partners tienen un marco analítico algo diferente. Este incluye todas las denuncias reportadas por una diócesis o eparquía durante un año de auditoría. También mide las denuncias hechas por menores de edad.
Los auditores examinaron 37 denuncias comunicadas por menores a las autoridades civiles durante el período comprendido entre julio de 2013 hasta junio de 2014. Allí se encontró seis denuncias de abusos probados, mientras que 11 resultaron ser infundadas, 12 no pudieron ser probadas, y ocho estaban aún bajo investigación.
Para evitar que ocurran más abusos prácticamente todos los religiosos, laicos y otros trabajadores y voluntarios de instituciones católicas han recibido un entrenamiento para generar un ambiente seguro.
Casi 4,5 millones de niños han recibido esta formación, al igual que el 99 por ciento de los sacerdotes, diáconos y educadores. Más de 1,9 millones de voluntarios en instituciones católicas han recibido la capacitación, así como más de 250 mil otros empleados y más de 6.500 candidatos para la ordenación.
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, Mons. Joseph E. Kurtz, afirmó que "la primera prioridad" de los Obispos es la sanación de las víctimas de abusos.
"Nos unimos al Papa Francisco en su deseo de que la respuesta de la Iglesia sea pastoral e inmediata", señaló el también Arzobispo de Louisville en el prefacio del informe anual sobre la aplicación de la Carta de los Obispos para la Protección de Niños y Jóvenes.
"Aunque nuestra promesa de proteger y sanar realizada en 2002 permanece fuerte, no debemos caer en la complacencia con lo que se ha logrado", dijo Mons. Kurtz en un anuncio de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos el 17 de abril.
"Mi esperanza y oración es que a medida que sigamos cumpliendo nuestra promesa, la Iglesia ayude en maneras modélicas de direccionar y sacar a la luz la oscuridad y el mal del abuso dondequiera que exista", afirmó.
Los auditores de Stonebridge examinaron las declaraciones de 620 presuntas víctimas de abuso, cuyas denuncias fueron reportadas a la Secretaría de los Obispos a partir de julio de 2013 hasta junio de 2014.
Más del 80 por ciento de las acusaciones creíbles de abusos reportados a la secretaría datan de hace más de 25 años. La mayoría de las denuncias se referían a incidentes desde 1960 hasta la década de 1980.
La auditoría señaló que todos los nuevos alegatos fueron reportados a las autoridades.
El CIAA encuestó a todas las 195 diócesis y eparquías de Estados Unidos, excepto una, mientras que una diócesis y cinco eparquías no participaron en la auditoría de Stonebridge.
Desde julio de 2013 hasta junio de 2014, la Iglesia ha invertido más de 31,6 millones de dólares en programas de entrenamiento de ambiente seguro, en la verificación de antecedentes y otros esfuerzos de protección, así como 119 millones de dólares para las víctimas de abuso, terapia para las víctimas, honorarios de los abogados y otros costos.
Bernard Njoadera, diácono y director ejecutivo de la Secretaría para la Protección de Niños y Jóvenes, informó en una carta del 1 de marzo, incluida en el informe de la secretaría, que existe una obligación "en curso" para proteger a los niños que solamente se cumplirá "cuando todos sean conscientes y lleven a cabo su responsabilidades".
Njoadera expresó que el trabajo de la secretaría es el resultado de "la voluntad de mirar honestamente el enfrentamiento eficaz de este mal del abuso sexual de menores de edad".
Traducido por Bárbara Bustamante