"Si tengo que morir porque Dios lo quiere, eso es lo mejor que me puede pasar", afirmó una adolescente cristiana de 16 años en Alepo (Siria), consciente de que los bombardeos de los grupos rebeldes musulmanes contra los barrios cristianos pueden arrebatarle la vida, tal como ha sucedido con muchas personas en los últimos días.
#ULTIMO: Se eleva a 310,000 cifra de muertos en el conflicto en #Syria, según el Observatorio de Derechos Humanos. pic.twitter.com/KK2tmXSyVN
- Nelson Quinones CNN (@NelsonQcnn) abril 17, 2015
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La joven dijo estas palabras luego de la Misa celebrada el 17 de abril en el barrio de Suleimaniyah, habitado mayormente por cristianos y que durante esos días –junto a otras zonas cristianas-, sufrió fuertes ataques por parte de los grupos islámicos que se disputan la ciudad con las fuerzas del gobierno de Bashar al-Assad.
En comunicación con ACI Prensa, la Madre María de Nazaret relató desde Alepo que los bombardeos han dejado cientos de heridos y muchos muertos, con "familias que han perdido tres o cuatro miembros al mismo tiempo como consecuencias de los ataques" y "niños llorando por sus madres que yacen muertas debajo de los escombros".
Incluso las personas relataban cómo durante una madrugada vieron caer unos 30 misiles en Suleimaniyah. "La gente toma fuerzas de su fe para afrontar tantas dificultades y tanto dolor. No obstante el miedo, acude a las iglesias a rezar", indicó la religiosa.
Aleppo (Siria), la drammatica testimonianza di una Suora: La nostra Pasqua trasformata in un… http://t.co/Dxd3MPgmlP pic.twitter.com/rKMtxoNcFY
- Domenico Mazzilli (@DomenicoMazzil5) abril 13, 2015
En ese sentido, destacó la conversación que tuvo "con una jovencita que es un verdadero testimonio de fe. Antes del diálogo, digamos que para el 17 de abril se habían pronunciado nuevas amenazas de ataques a barrios cristianos". Esto hizo que la gente acudiera "a las iglesias en busca de refugio y protección".
La conversación tuvo lugar la mañana de ese viernes, después de la Misa. En ese momento la Madre María de Nazaret preguntó a la adolescente cómo había pasado la noche. "Gracias a Dios, gracias a Dios. Cayeron algunos misiles, pero fue lejos de mi casa. Otras veces cayeron muchos y muy cerca", señaló.
"¿Tienes miedo?", le preguntó, y la joven, que hace unos años perdió a su madre, afirmó: "Si tengo que morir porque Dios lo quiere, eso es lo mejor que me puede pasar".
"Ojala Dios no quiera que mueras ahora", le insistió la religiosa.
La adolescente respondió: "Allá –en el cielo- estaremos mejor". Luego, sonriendo en tono de broma, añadió: "Aquí no tenemos electricidad, no tenemos agua", y poniéndose seria de nuevo, dijo con cierta solemnidad: "Allí tendremos la Luz de Dios, no necesitamos nada más".
Maristas en Alepo
Por su parte, los hermanos maristas en Alepo relataron en su sitio de Facebook que después de los bombardeos contra el barrio de Suleimaniyah el 10 y 11 de abril "docenas de personas buscaron refugio" con ellos. Algunos retornaron a sus hogares, pero otros volvieron pues "sus hogares fueron destruidos".
Indicaron que los bombardeos también afectaron los barrios de Zahra y Seif al-Dawle. "Muchas familias dejaron Alepo para buscar refugio temporal en las ciudades de la costa (Tartous y Latakia), o en los pueblos del Valle de los Cristianos".
El 19 de abril, indicaron, "nos reunimos con todos nuestros voluntarios para expresar nuestra solidaridad, levantar el ánimo y hacer los preparativos logísticos en el caso, que Dios no lo quiera, ciertos hechos obliguen a las familias a buscar refugio en nosotros".