El Obispo de Kansas City-San José, Mons. Robert W. Finn, de 62 años, renunció al cargo cerca de dos años después de haber sido el primer obispo de Estados Unidos condenado por no reportar sospechas de abuso infantil cometido por un sacerdote de su diócesis.
La Santa Sede confirmó este 21 de abril que el Papa Francisco aceptó la renuncia de acuerdo al canon 104, artículo 2, del Código de Derecho Canónico, que establece que cuando un obispo diocesano está en incapacidad de cumplir con su cargo por motivos de salud o alguna otra causa grave, debe presentar su dimisión.
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La renuncia tomará efecto inmediatamente y, aunque todavía será obispo, no administrará la diócesis. El Vaticano no informó qué hará Mons. Finn luego de su renuncia.
En septiembre de 2012, el Prelado fue condenado por un delito menor al no reportar las sospechas de abuso infantil que recaían sobre el P. Shawn Ratigan, en cuya laptop se encontraron en 2010 imágenes lascivas de niños.
Luego de un intento de suicidio, el sacerdote fue condenado a cincuenta años por pornografía infantil.
Asimismo, la Diócesis tuvo que enfrentar en 2014 las demandas de los padres de dos niñas fotografiadas por el P. Ratigan, por un total de 1.8 millones de dólares. Además de una acción legal por presuntamente haber violado los acuerdos de 2008 sobre denuncias de supuestos abusos, que culminó con una multa de 1.1 millones de dólares.